Antaño se acostumbraba realizar borrón y cuenta nueva cada vez que iniciaba un sexenio porque los Mandatarios provenían de un mismo partido. Las deudas del

pasado quedaban en el pasado y no trascendían en el tiempo, pero cuando el Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León entregó el poder las cosas cambiaron. De inmediato los foxistas comenzaron a hurgar buscando la forma de enterrar al PRI mediante la comprobación del hasta entonces mito de las comaladas de millonarios sexenales. El intento fracasó y lo que encontraron fueron cuentas claras y la comprobación de los gastos en orden.

La llegada de Enrique Peña Nieto ha sido tersa hasta ahora, pero pareciera que comienzan a salir muchas inconsistencias en las cuentas de Felipe Calderón Hinojosa. El informe presentado por el Auditor Superior de la Federación, Juan Manuel Portal, ha puesto al descubierto inconsistencias no tan sólo en algunos rubros contables, sino la posible comisión de algunos delitos al informar que se presentaron 134 denuncias penales principalmente en Agricultura, Reforma Agraria, Comunicaciones y Transportes, IMSS, ISSSTE. CFE y gobiernos estatales.

Con el cinismo que lo ha caracterizado el ahora senador Salvador Vega Casillas salió ante los medios de comunicación a señalar que las críticas son para los gobiernos anteriores al de Felipe Calderón. Lo que no tiene el señor Vega Casillas es vergüenza, porque si algo hizo durante su gestión al frente de la Secretaría de la Función Pública fue encubrir la mayor parte de las tropelías que se cometieron en las diversas entidades de la Administración Pública. La mayor mancha que lleva en su expediente es la febril actividad de su esposa, Gladys López, quien detentaba el cargo de Subprocuradora Federal del Consumidor para “conseguir” fondos para las campañas panistas, extorsionando a los grupos gasolineros permitiéndoles que vendieran litros de novecientos mililitros a cambio de enormes cantidades de dinero. El monto de lo defraudado es incalculable.

Ahora resulta que también hubo pagos indebidos a través del seguro popular a personas que no están directamente vinculadas a la prestación de servicios de atención médica. En 2011, indicó el Auditor Superior de la Federación, 5.8 millones del seguro popular se encontraban también registrados en los padrones de otras instituciones de seguridad social como el IMSS o el ISSSTE, lo que puede significarse como un fraude de proporciones gigantescas. Sin lugar a dudas el cerco comienza a cerrarse en torno a la cínica impunidad con que los altos funcionarios se hacían de grandes capitales. Falta destapar la cloaca en la PFP y la CFE. Al This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.