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Aun por encima de los elevados riesgos geopolíticos, las tentaciones proteccionistas en el mundo representan la mayor amenaza para el crecimiento global de la economía para el año 2018, coincidieron analistas financieros y de instituciones multilaterales.


El crecimiento para este año, de acuerdo con el consenso, será superior al de 2017 en al menos un par de décimas de puntos porcentuales. Esta expansión podría ubicarse entre 3.8 por ciento (Merrill Lynch) hasta un más modesto 2.9 por ciento (Banco Mundial).
Las razones del impulso van desde la solidez del crecimiento económico de Estados Unidos y de China hasta el hecho de que varias grandes economías saldrán plenamente de la recesión en 2018, entre las que destacan Brasil, Rusia y Argentina.
En sus perspectivas para la economía de 2018, el banco de inversión Merrill Lynch señaló que la economía iniciará el año con “fuertes vientos a favor”, aunque advirtió que el mayor riesgo para la expansión global será probablemente el alza en el proteccionismo comercial.
En este sentido, sobresale la posible terminación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) debido a las condiciones difíciles de cumplir impuestas por Estados Unidos para modernizarlo.
Otro factor es el probable endurecimiento de reglas comerciales entre los dos gigantes económicos: Estados Unidos y China, así como el impacto que tendrá la concreción de la salida del Reino Unido de la Unión Europea o Brexit.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) alertó que si Estados Unidos, la zona del euro y China elevan el precio de las importaciones en un 10 por ciento, el Producto Interno Bruto descendería entre dos y tres por ciento en cada una de estas economías.
Mientras tanto, en su informe Situación y perspectivas de la economía mundial 2018, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) delineó que el Brexit y la intransigencia estadunidense en torno al TLCAN “han planteado preocupaciones sobre una posible escalada de barreras comerciales y disputas”.
“Un entorno comercial cada vez más restrictivo puede dificultar las perspectivas de crecimiento a mediano plazo, dados los vínculos que se refuerzan mutuamente entre el comercio, la inversión y el crecimiento de la productividad”, sostuvo el documento.
La ONU subrayó que las políticas deberían centrarse en mantener y revitalizar la cooperación comercial multilateral, haciendo hincapié en los posibles beneficios del comercio de servicios.
Por su parte, en su informe Perspectivas sobre la Economía Global 2018, el Banco Mundial concluyó que “las crecientes restricciones comerciales podrían hacer fracasar una recuperación frágil del comercio y revertir las ganancias de anteriores esfuerzos de liberalización”.
Añadió que un incremento adicional en la incertidumbre política, que ya se encuentra en niveles muy elevados, podría detener el entusiasmo en torno a la confianza y la inversión.
Otros dos grandes riesgos fueron delineados por analistas: los desafíos geopolíticos que suponen las tensiones nucleares en la península de Corea y la inestabilidad en Medio Oriente, así como los desequilibrios financieros en el mundo.
La calificadora Standard & Poor's descartó que pudieran aumentar aún más los riesgos geopolíticos en Medio Oriente y la península de Corea, aunque puntualizó que “los accidentes ocurren”, por lo que un cambio brusco debería ser contemplado en los análisis para el próximo año.
Merrill Lynch consideró que aunque pudiera ser evitado un conflicto con Corea del Norte, la situación podría tensar las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China.
El banco recordó que el gobierno estadunidense ya ha mostrado su voluntad de intercambiar acceso comercial a cambio de que China endurezca su presión contra el régimen de Pyongyang, y viceversa.
La ONU aseguró por su parte que “un aumento de las tensiones geopolíticas podría intensificar una tendencia hacia un mayor aislamiento y hacia políticas unilaterales”.
Respecto de la fragilidad financiera, este organismo aseveró que el período prolongado de abundante liquidez global y bajos costos de endeudamiento han contribuido a un aumento adicional en los niveles de deuda global y a una acumulación de desequilibrios financieros.
“Muchas economías en desarrollo, especialmente aquellas con mercados de capital más abiertos, seguirán siendo vulnerables a las alzas en la aversión al riesgo, a los ajustes desordenados en las condiciones globales de liquidez y al retiro repentino de capital”, puntualizó.
La ONU declaró que la normalización de la política monetaria en países desarrollados podría ser el detonante de un desajuste en los mercados financieros del mundo en desarrollo.