El Punto Critico

Sin punto y coma 
Hace algunos años el discurso de la reivindicación se le daba muy bien a
Andrés Manuel López Obrador, sobre todo el de la disminución de la pobreza, al grado de que acuñó una bonita frase que decía “Por el Bien de Todos, Primero Los Pobres”. Y claro que le sirvió porque muchos mexicanos creyeron en esas frases reivindicatorias que decía una y otra vez en cada uno de sus encendidos discursos cargados de citas epitetando a los adversarios, y generando esperanza a través de ofertas programáticas y de apoyos sociales.
 
 
Al paso de los años López Obrador supo construir una serie de citas que fueron aceptadas y captadas por la mayor parte de los mexicanos de todas las latitudes, de todos los estados, y de todas las clases sociales, en el que la palabra “cambio” se convirtió en uno de los emblemas de su discurso y de su oferta política. Después de la obtención de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México vendría la transformación de su discurso con citas más elaboradas para que fueran entendidas por la mayor parte de los segmentos poblacionales.
 
López se convirtió en uno de los mayores especialistas en la construcción de mensajes, y no requirió de mucho estudio porque lo hacía y lo practicaba todos los días en todos los territorios que visitaba. El dinero para hacer recorridos nunca falto, tampoco para trasladar a la gente a las plazas públicas, y mucho menos para la serie de invitados que acudían a cada una de sus concentraciones y que disfrutaban del espectáculo en que se había convertido el tabasqueño.
 
Hoy las cosas han cambiado radicalmente. La costumbre de pulular por por todo el país sigue vigente, pero el discurso es otro, y las formalidades también. Lo que sí hemos descubierto es que las amistades que generó en ese periplo de pulular por todo el país son ahora los potentados que seguramente estarán formados a la hora de la repartición de candidaturas para las gubernaturas que se elegirán en los siguientes 5 años. Nobleza obliga, y quien pone gana, así de simple en esto de los negocios y del vaivén político.
Si bien es cierto que la mayor parte de los programas sociales están destinados a paliar las necesidades de muchos de los hombres y mujeres de todas las regiones del país, porque fueron los que le favorecieron con el voto para alcanzar la Presidencia de la República, también lo es que en las cúpulas existen hombres y mujeres que han sido incluidos en la Cuarta Transformación por los apoyos que aportaron en ese periplo por todo el país durante tantos años. El problema para López Obrador es que esos amigos siguen haciendo lo que bien han sabido hacer: negocios, y ahora los hacen en nombre de esa Cuarta Transformación.
EL presidente está obligado a velar por el cumplimiento de lo que manda la Constitución, y no lo ha hecho en el caso de Baja California Norte porque los intereses de quien alcanzó la gubernatura son económicos y el pachó es la impunidad por la violación flagrante de esa Constitución que juramento guardar y hacer guardar. Eso quiere decir que los mexicanos tenemos un Presidente de la República que no tan solo juramento en falso, sino que permite que sus amigos pisoteen la Carta Magna, esa que juro guardar y hacer guardar. La circunstancia es patética, pero hacen falta pantalones en muchos legisladores osara solicitar un juicio político que incluso podría alcanzar su destitución. 
 
Al tiempo. 
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