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El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, dijo en una entrevista con una televisora estadunidense que adelantar las elecciones presidenciales en su país, como exigen sus opositores, provocaría desestabilización, y llamó a la Iglesia a volver a la mesa de diálogo nacional.

“Más bien, adelantar elecciones crearía inestabilidad e inseguridad. Peor aún en estas condiciones”, dijo Ortega en una entrevista esta tarde con la televisora Fox, en la que llamó a los obispos a volver a la mesa de diálogo nacional, una semana después de haberlos acusado de auspiciar un golpe de Estado.

El mandatario negó que su gobierno controle a los grupos paramilitares que han sido señalados entre los responsables principales de la violencia, que ha dejado 264 muertos, y sostuvo que algunos responden a organizaciones políticas y otros son financiados por el narcotráfico.

“Son fuerzas que pertenecen a organizaciones políticas. Algunas tienen representantes en la Asamblea Nacional”, dijo Ortega desde Managua, con ayuda de un traductor.

Cuando el presentador le preguntó sobre el origen de los fondos para armar y movilizar a esas fuerzas irregulares, Ortega dijo algunos están “financiándose con entidades de narcotráfico y otros buscando financiamiento de parte de organismos”.

Sin ofrecer pruebas, el mandatario dijo que habría habido desvío de fondos para financiar la operación de estos grupos, que según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) actúan sin que intervenga la policía.

Ortega aseguró que la mayoría de los muertos se han producido en la noche y negó que haya habido ataques contra manifestaciones pacificas, pese a que 15 personas fueron asesinadas durante las movilizaciones del Día de las Madre.

“Ninguna de las manifestaciones pacificas han sido atacadas. Los choques se han presentado en la noche, cuando no hay manifestaciones y han sido los choques provocados por grupos paramilitares que adversas al gobierno, y que se han lanzado a atacar, a destruir”, acusó.

También negó que hubiera ataques contra miembros de la Iglesia católica, aunque insinuó que el obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez Ortega, desconoce la realidad de Nicaragua, y descartó que haya habido ataques dentro de recintos religiosos.

La semana pasada, el cardenal nicaragüense, Leopoldo Brenes, denunció la muerte de dos jóvenes estudiantes por disparos en la cabeza en la iglesia la Divina Misericordia de Managua, uno de ellos dentro de la parroquia.

“No hay persecución, más bien los invitamos a que ellos fuesen parte del diálogo para que continúe en forma abierta”, dijo el mandatario.

Aunque el viernes tildó de golpista a la Conferencia Episcopal de Nicaragua y dijo que su inclinación la descalificaba para estar en la mesa de diálogo nacional, este lunes dijo: “no tenemos ningún problema con ellos”.