web-ceniza

Las cenizas del Volcán de Fuego en Guatemala tienen poca probabi-lidad de llegar a la frontera sur mexicana, señaló el físico Leobardo Salazar Peña, de la Escuela

Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), pese a lo cual emitió diversas recomendaciones.

El académico del IPN indicó lo anterior luego de informar que dichas cenizas podrían alcanzar un radio de 100 kilómetros, por lo que re-comendó a la población fronteriza estar atenta a las indicaciones de Protección Civil por presencia de residuos y su posible incremento debido a las erupciones.

Entre las precauciones recomendó el uso de cubrebocas para evitar la inhalación de ceniza; tapar coladeras, tinacos o depósitos de agua, y barrer la ceniza que es muy fina; además de estar pendientes a las recomendaciones de Protección Sivil en caso de que se expan-da la actividad del volcán a la frontera Sur.

“Es poco probable que llegue la ceniza a la frontera mexicana, pero sabemos que por el efecto del viento y la rotación de la tierra se arroja mucho material y solamente que el volcán emita gran cantidad llegaría en este caso a la frontera mexicana”, planteó el especialista.

Agregó que la distancia entre el Volcán de Fuego y la frontera Sur es de 145 kilómetros, mientras que con Tapachula hay un trecho de 155 kilómetros, ciudad donde puede presentarse la caída de ceniza.

Subrayó que, a pesar de la similitud entre el Volcán de Fuego y el Popocatépetl, se descarta la posibilidad de que "Don Goyo" pueda emitir erupción similar a la que ocurrió en 1997, cuando la ceniza al-canzó parte de la zona metropolitana y la Ciudad de México.

Ante ello, Salazar Peña indicó que en la actualidad se encuentran en coordinación las autoridades de ambos países a fin de intercambiar información para vigilar el curso de la actividad del volcán, con el uso de tecnologías de observación en tiempo real y así tomar deci-siones que beneficien a la población.

Finalmente, descartó que los volcanes que se encuentran en territo-rio nacional tengan alguna repercusión o detonen actividad en otros colosos, aunque estén cercanos, como en el caso del Chichonal en Chiapas que desde marzo de 1982 no ha despertado.