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Ciudad de México, 06 de Diciembre de 2017.- El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) ha dado a conocer una situación que tiene un impacto significativo sobre la salud de las mujeres de América Latina y el

Caribe: esta región exhibe actualmente un elevado porcentaje de embarazo adolescente. En América Latina y el Caribe, 18 de cada 100 nacimientos corresponden a madres de entre 15 y 19 años de edad, cuando en el mundo la proporción es de 10 por cada 100 nacimientos; incluso en regiones como Europa o Asia, la relación entre el nivel de fecundidad adolescente y el de la fecundidad de las mujeres adultas es aún más bajo (entre 5 y 7 de cada 100).1

El embarazo adolescente constituye en sí mismo una barrera para que ejerzan su derecho a la educación y a un desarrollo saludable, y que logren una transición exitosa hacia la vida adulta. Las consecuencias del embarazo en esta etapa tienen amplio impacto a lo largo de la vida de las adolescentes e incluso en las siguientes generaciones.1

Las actuales perspectivas, no son alentadoras. Según estima el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), 1 de cada 5 mujeres de la región será madre antes de terminar la adolescencia.1 Casi tres cuartos de los embarazos adolescentes en América Latina y el Caribe no son planificados, y cerca de la mitad terminan en abortos.2 El conocimiento, acceso y uso consistente y eficaz de anticoncepción es un elemento esencial en la prevención de embarazos no planificados,1 por lo que numerosos niños y jóvenes demandan una educación sexual integral de calidad.3

Efectos sobre la educación y la salud

La salud sexual y reproductiva tiene un impacto directo sobre la educación y las perspectivas futuras de los jóvenes. Los embarazos precoces y no deseados aumentan el riesgo de ausentismo, desempeño escolar deficiente y deserción escolar prematura para las jóvenes y también tienen consecuencias educativas para los jóvenes padres.3

Al mismo tiempo, en lo que respecta a la salud de las adolescentes, el riesgo de complicaciones y muerte es superior para las madres más jóvenes que para las que tiene un hijo en la edad adulta; en los países de ingresos bajos y medios, el riesgo de mortalidad materna de las madres de menos de 15 años es dos veces mayor que el de mujeres de más edad.3 En los países en vías de desarrollo, las complicaciones del embarazo y del parto constituyen la principal causa de muerte entre las adolescentes de 15 a 19 años, y los bebes nacidos de madres adolescentes enfrentan mayores riesgo para su salud que los niños nacidos de madres de más edad.2