Cancelar reforma energética sería condenar al país a crisis económica

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El presidente Enrique Peña Nieto advirtió hoy que dar marcha atrás a la reforma energética sería condenar al país a un modelo caduco y obsoleto, y propiciaría un

endeudamiento que ya se había dejado atrás, por lo que siempre ha defendido esta reforma de manera denodada y apasionada.
Dijo que quienes "de manera fácil" convocan a dar marcha atrás a la reforma energética", estarían condenado a México a regresar a un modelo obsoleto que ya no funciona en ninguna otra parte del mundo.
Al inaugurar el Centro de Tecnología para Aguas Profundas del Instituto Mexicano del Petróleo, recalcó que cancelar esa reforma provocaría que los mexicanos paguen los préstamos que el gobierno y Petróleos Mexicanos (Pemex) adquieran para financiar la exploración, explotación, independientemente de la posibilidad de éxito.
El Ejecutivo federal subrayó que para crecer en otros campos, los mexicanos quieren que los recursos fiscales obtenidos a partir de los impuestos se destinen a otras asignaturas para atender las demandas de la sociedad, como infraestructura carretera, portuaria, ferroviaria y de salud.
Por ello, precisó que dejar que las empresas privadas inviertan en la explotación del petróleo dejan una renta al Estado Mexicano y a la sociedad, por lo que cancelar la reforma significaría la desaparición de inversiones por más de 200 mil millones de dólares, que hasta el momento se han comprometido.
El mandatario recordó que México era el único país que mantenía un modelo de explotación energética "rebasado por la realidad", por lo que llamó a no volver a cometer errores del pasado que afectaron la economía mexicana.
Acompañado por el secretario de Energía, Pedro Joaquín Codwell, el presidente Peña Nieto recalcó que por el contrario, sin reforma energética, el país tendría que erogar 600 mil millones de dólares para reponer la producción petrolera, que tendrían que pagar todos los mexicanos.
"Queremos que otros inviertan, que el sector privado invierta y que dejen una importante renta, pero que ellos sean quienes arriesguen", dijo al subrayar que el Estado mexicano no tendría que arriesgar un solo centavo para la exploración, explotación y distribución de los hidrocarburos.
Previo a un recorrido por las nuevas instalaciones de ese nuevo centro, Peña Nieto afirmó que cancelar la reforma sería "condenar que dejen de existir más de 800 mil empleos que prevé esta modificación legal".
Reconoció que la explotación petrolera "no se hace de la noche a la mañana", y requiere de entre cinco a 15 años, pero que actualmente se está en la ruta de alcanzar los beneficios de la reforma energética.
De acuerdo con el mandatario, esta reforma estructural logró concretar la propiedad intocable de México sobre sus recursos naturales, pero se abrió la participación al sector privado, para que sea su capital el que se arriesgue en la exploración y explotación.
Como beneficio de esto, 65 por ciento de la renta que se cobre a las empresas privadas por realizar esta actividad seria para el Estado Mexicano, sin la posibilidad de que el país o Pemex se endeude.
En su oportunidad, el secretario de Energía, Pedro Joaquín Codwell, afirmó que las licitaciones petroleras anunciadas a partir de la reforma llegarán a buen término y aseguró que "las llevaremos a cabo hasta concluirlas, al margen de consideraciones político-electorales".
Dijo que regresar a un modelo ya agotado cancelaria oportunidades a jóvenes mexicanos e impediría la llegada de más de 152 millones de dólares a las regiones del país con vocación petrolera.