Los pueblos que existen en nuestro país, en sus regiones, siempre se han destacado por mantener una calma chica, no pasa nada, cualquier cambio en sus calles, en los rituales, en  costumbres, en las relaciones interpersonales e interfamiliares siempre daban cuenta de chismes y especulaciones, era lo único que asombraba y daba algo de sabor a la paz y aburrimiento de las comunidades.

Todos sabían si estaba enfermo alguien de la comunidad, sabían hasta lo que tomaban para lo mismo, conocían bien a bien al médico, al cura, al maestro, al comerciante, al carnicero, a los guapos y guapas del pueblo, a los rijosos, a los borrachines, a los amorosos, a los cupidos y los belicosos, conocían hasta la ropa que se usaba del diario y en las festividades, sabían si alguien mentía o era leal y sincero y todo esto hacia que esa paz y esas calmas dieran un sabor a nuestros pueblos, y todos hablaran de lo hermoso de los tiempos y de que todo era visible y predecible y se sabía que le daban a uno en la comida, quién guisaba mejor tal o cual platillo, quién cantaba con gusto y buena voz, quién remendaba bien las ropas o las lavaba o planchaba, y quién tenía buenos productos de las cosechas de temporal y quién mantenía sanas y bien alimentadas a sus gallinas o guajolotes o patos, y cuándo se mataba a los animales, y a qué horas ya estaba la carne lista o el chorizo o el chicharrón o las patitas en vinagre, en fin, así se mueven, o mejor dicho, se movían nuestras comunidades pero llegaron los cambios no deseados, las violencias, las ambiciones, donde los que gozan de armas y gozan de fuerza van dominando las regiones, primero, muchos admiraban las trocas o las camionetonas nuevas, las armas que lucían algunos bellacos de pueblo ligados a los verdaderos jefes que solamente los utilizan y desechan cuando ya no les sirven, y así fueron penetrando en la vida cotidiana de todos y conociendo a cada quién y a cada familia y sabían si reciben dinero o lo tienen o lo prestan o lo piden prestado y así fueron, primeramente, ocupando a muchos en las siembras y traslado de drogas y después, para que aumentaran los consumos y se abrieran los puteros y se degenerara a los grupos sociales y a los jóvenes que en su aburrición creyeron que eso es la modernidad y se afiliaron de su lado, y ahora, venden gasolinas robadas a menor precio y pereciera que nos hacen un favor cuando nos están involucrando y controlando, por ello,  venden productos baratos de sus robos y saqueos y después obligan a comprar solamente en sus puestos y ellos determinan quién sí o quién no puede comerciar o vender o realizar sus actividades previo cobro del llamado “derecho de piso”, y ellos, con sus dineros, controlan las fiestas que antes eran de los pueblos y de las tradiciones, después controlaban a los maestros y curas y policías y a los güercos y así controlaron a los que deberían gobernar y obligaban a los demás a votar por ellos, y así, los recursos por impuestos o participaciones ellos se los quedaron y ellos determinaban a quién le daban las obras y cuánto deberían de pagarles, y ahora, todos nuestros pueblos están esclavizados y lo que sucede en los pueblos chicos, también sucede en los grandes y en las capitales y en el mismo gobierno y en el país… así, nos jodimos para rato y todos estamos mal y desequilibrados.

         Y hoy en día no solamente nos engañaron como los viejos políticos, sino que también nos están robando, como los viejos políticos, y nos quietaron la paz y la calma y la tranquilidad y la certidumbre y nos roban el presente a nuestros hijos y el futuro a todos, y todo porque desde siempre, los gringos, así lo vienen planeando y para que ellos vendieran armas provocaron pleitos, y para que ellos tuvieran el control del tráfico, producción y venta de las drogas, ellos, provocaron los controles, las producciones y las ventas y manejos financieros, y ellos obtuvieron las relaciones entre sus propios agentes y espías con los policías, soldados, marinos y políticos del país, y ellos, alientan también el que nuestros jóvenes caigan en las garras de los vicios, porque así garantizan sus “soldados,” sus sicarios, sus matones, y garantizan la sumisión de todos ellos y de los políticos y empresarios y banqueros y funcionarios, y así, ahora, mantienen el control de los pueblos y saquean sus bienes para ellos remediar sus males, y nos tienen en la jodencia y parece que nadie se da cuenta y seguimos apendejados, así sí nos sentimos modernizados y no entendemos que, ahora, estamos esclavizados. Sometidos por políticos, policías, soldados, marinos y funcionarios, por empresarios sumisos y banqueros entregados… ya perdimos la calma y no salimos de las tormentas que generan los ciclones de la violencia y las tragedias de los huracanes sociales y naturales…

         Y que nadie se atreva a hablar de soberanía y nacionalismo y de regresar a nuestras tradiciones y costumbres y dejar las deformaciones que nos han impuesto por la educación y la deformación de los valores, porque entonces, esos sicarios o agachones nos llaman viejitos y revoltosos que pensamos volver a los tiempos de las cavernas, y ocultan que, su modernidad, nos ha regresado a los tiempos tormentosos de la violencia social real, que vivimos en guerras que no son nuestras y que nos explotan con cualquier pretexto ya sea por la vía institucional o por el cobro de los “derechos de piso” que no es más que el robo y la extorsión, y nos mantenemos callados, pensando en que nada se puede hacer, cuando debemos convertirnos en maestros y voceros de la ley y las costumbres y los nacionalismos y el amor a la soberanía y denunciar a los pillos que nos siguen explotando, engañando, enviciando, asesinando y acobardando… ya basta, ellos, pueden bien construir una silla presidencial a base de cuchillos y bayonetas y rifles y cañones, pero no se podrán sentar bien en ella, y ya estamos cercanos a los tiempos donde o tomamos las riendas de nuestro destino o nos esclavizan de verdad ,y entonces si perderemos la calma y viviremos en tormentas…huracanes y asesinatos, en la maldad real.