EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO,ENTRE EL MIEDO Y LA ESPERANZA.

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Uno de los temas relevantes durante la campaña de DONALD TRUMP para la presidencia de Estados Unidos, fue la renegociación  del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, conformado por México, Canadá y los propios americanos, y

fundamentar su política económica en el proteccionismo comercial, con un toque de nacionalismo de la época de la post guerra y el inicio de la guerra fría.

Para empezar el mercado del TLCAN tiene una población aproximada de 478 059 000 habitantes, por lo que la magnitud del mercado solamente es comparable en cifras demográficas comparable en términos sencillos con los mercados asiáticos, pero que representa una renegociación en términos económicos para Canadá, Estados Unidos y México alcanza una producción combinada de US$17.0 billones de dólares, cifra estimada en 2008.

Diferentes organismos rectores de comercio de los sectores agroindustrial, comercial y automotriz han expresado que si Estados Unidos sale del Tratado, la economía enfrentará una disminución de ingresos y habrá menos generación de empleos, de acuerdo a “…la Cámara de Comercio de los Estados Unidos calcula que 6 millones de empleos en el país dependen del comercio con México…”

Una de las primeras situaciones derivadas de las primeras renegociaciones fue sobre la exportación de azúcar donde los grupos de negociadores de México y Estados Unidos obtuvieron concesiones como en el caso mexicano el acceso al mercado estadounidense y sin aranceles; y para Estados Unidos “no se ponen límites ni aranceles a la introducción de fructuosa estadounidense a México y se establecen sanciones más estrictas para México”.

Mientras TRUMP se aferra a políticas proteccionistas, el gobierno Chino ha planteado en Asia una estrategia comercial agresiva, buscando implementar una “nueva ruta de la seda” los grandes capitales están viendo a Oriente como un mercado de consumo en auge que puede equilibrar lo que pueda realizar el próximo presidente estadounidense en materia económica.

El panorama comercial es incierto ante los constantes devaneos de TRUMP, pero los dirigentes económicos gremiales han facilitado la interlocución para favorecer la subsistencia del Tratado y los intereses comerciales de los dos países, esperemos que al final del miedo que abarca a todos los involucrados se obtenga un beneficio conjunto para los factores reales de la producción.