¿Qué es ser populista?

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 Hay una palabra que resuena de manera particular en el camino que se forma día a día hacia la próxima elección presidencial en nuestro país, hablamos del vocablo "populismo", cada vez es más frecuente y recurrente en nuestro día a día, se ha hecho común escucharle tanto en las pláticas cotidianas con nuestro primer círculo social y familiar, como también mencionarse  de manera abierta en las emisiones de cualquier

medio de información masiva; no podemos evitar decir que se le atribuye un carácter poco favorecedor.

     Populismo nos remite, a los tiempos que actualmente viven nuestros hermanos venezolanos, e inmediatamente después a una serie de acciones gubernamentales aplicadas en diversas latitudes (previas campañas políticas muy singulares), todas ellas asociadas con el desencanto y el irremediable fracaso de ese modelo llamado populista. Sin embargo, la pregunta objetiva es ¿Que es de manera más acertada o precisa dicha palabra?

El objeto de esta colaboración, requiere esa aclaración y para ello realizaremos las siguientes citas académicas: “Preocupados por cautivar su auditorio presentándose como autores de milagros inmediatos, los líderes populistas desarrollan un estilo de comunicación política que apunta a satisfacer las esperanzas y a ganar la confianza de una clientela de masa sobre la base de la afirmación absoluta de una “realización de [sus] expectativas sociales si [lograran adquirir] un poder suficiente… No cabe duda de que esta promesa de realización en un lapso muy breve constituye el elemento de definición esencial del populismo.”[1]

      De acuerdo con la doctrina, el populista es en este caso, aquel político que dice tener la solución de los problemas de manera más eficaz en un tiempo relativamente corto, haciendo un lado las temporalidades debidas que requiere la verdadera resolución de aquellas cuestiones, se apoyan y fundamentan profundamente en las necesidades y en la esperanza de un electorado que no se siente escuchado y que busca respuestas a peticiones hechas con anterioridad (que efectivamente no han sido escuchadas) pero que este personaje promete resolver en un periodo inmediato. 

           Ahora bien ¿Cuál es el motivo de traer todo esto a colación? el 18 de enero pasado, Kenneth Roth, Director Ejecutivo de Human Rights Watch, en el marco de la presentación del Informe Anual sobre Derechos Humanos 2018, señaló tener presentes las siguientes elecciones en Latinoamérica a celebrarse en el presente año, en las cueles México, es considerado por ese organismo, como el que posee el mayor riesgo de una victoria populista. La organización sin fines de lucro, con sede en Nueva York, destacó que las actuales condiciones mexicanas, han llevado a muchos connacionales a considerar al populismo como una opción, por ello se debe resistir a este tipo de desafíos. “Los populistas proponen respuestas superficiales a problemas complejos, pero es posible convencer a amplios sectores de la sociedad” remarcó Roth.

           Ciertamente, como lo menciona el informe, el aumento del populismo es proporcional al de las fracturas económicas y a la desigualdad creada por la globalización, sin embargo los populistas no proponen soluciones genuinas y tienden culpar a minorías o en el caso de México a ciertos sectores sociales, prometiendo a cambio una solución inmediata; sin embargo el resultado de este embate, también deberá ser proporcional al nivel de conciencia que poseamos como país, y el mismo bien podría estar sustentado en los ejemplos que nos arrojan todos los países que han sido presa de este tipo de movimiento que hoy viven profundas crisis económica, política, legales y sociales.

[1] Hermet, Guy, El Populismo como concepto. Revista de Ciencia Política [en linea] 2003, XXIII [Fecha de consulta: 22 de enero de 2018] Disponible en:<http://www.uacm.kirj.redalyc.redalyc.org/articulo.oa?id=32423101> ISSN 0716-1417