Que Conste

         Seguro que cuando abrimos un video donde dan cuenta del hambre y de la enfermedad nos conmovemos, despotricamos, nos lamentaos, pero no

reflexionamos sobre lo que es ir a la cama con hambre de todo, con el hambre que lastima el cuerpo y el corazón, que entristece el alma, que hace llorar, que piensa uno en que no hay un Dios y que el Diablo ha tomado la tierra y los cuerpos de los jodidos, de los injodibles, de los miembros del infeliciaje y sentimos la tos, no sabemos si como una muestra de que estamos vivos o porque en cada tosida se nos va el alma y nos duele el cuerpo, y ahí, está el fogón con la poca lumbre y los rescoldos que se muestra de poco en la noche como que ocultan sus llamas y su calor, como que lo guardan en las cenizas para el otro día y ahí, cuando colocamos los palos se prenden de pronto y sabemos que podemos calentar el agua con unas cuántas hojas de limón, de ese limón que está en el camino y que de pronto nos brinda sus frutos y sus redondos jugos agrios como la vida del jodido, agrio es el caminar de nosotros y ahí vamos, rogando y rezando, pidiendo un milagro, y luego, no sabemos que cuando creemos en Dios solamente nos responde satán y el hambre nos castiga y no sabemos la razón por la que estamos tan jodidos, y por ello, cuando vemos al cristo, golpeado, crucificado, llorando sangre y suplicando a su padre que se haga su voluntad y no la de él, pues nos creemos que ese es un camino que nos llevará al cielo por medio del sacrificio y el dolor y las penas del diario, y vamos juntando las monedas de cobre para comprar la vela de sebo y prenderla el domingo y llevar las flores azucenas que se dan en este tiempo y, me pregunto, ¿Podrá el señor dios olerlas en esa cruz cuando el dolor lo mata y nuestra penas lo ahogan? pues sabe, pero hay las ponemos y esperamos que toquen la campana y llegue el señor cura y nos vea como grandes pecadores, sin saber que ni siquiera hemos comido ni desayunado ni cenado y que nos duele la reuma y el cuerpo y la garganta y el estómago y la rodilla y el pie y la mano y el alma. Qué diferente pensamos, el cura quiere salvar el alma y, en el hambre y la miseria queremos salvar el cuerpo del dolor y la tristeza, y así, cuando nos da la hostia pues nos sabe a carne del señor, nos hace olvidar ese trago la vida de penas y de llanto y sabemos que no estamos tan solos y tristes como dice la canción a pesar de no estar lejos de la tierra que nos ha visto nacer, pero nos sentimos lejanos de lo nuestro, y no entendemos la razón por la que nos toca este triste destino…

         Y nos damos los buenos días y las buenas tardes cada vez que nos encontramos, pero todos, llevan cara de hambre y de tristeza, de soledad, no nos atrevemos a decir que nos sentimos mal, que las lágrimas nos invaden y soban las canillas y el dolor baja y se pierde en esa soledad y extrañamos a los muchachos y al viejo, y de vez en cuando llega alguno con algo de dinero que no sirve nada más que para pagar las deudas y, nada para el otro día, vivimos con atraso, siempre debiendo y pagando, siempre con dolor y vacíos y no sabemos de letras ni de números y confiamos en que los que saben nos digan la verdad y que nos cobren los adeudos de verdad y no nos roben como sucede mucho cuando los vivos se dan cuenta que los jodidos en verdad son tan jodidos que no saben ni de números ni de letras y que solo saben rezar y dolerse y pedir con la mano extendida antes de bien morir con el dolor a cuestas, tosiendo sangre, tosiendo vida en cada voltereta de la vida y, así vamos, caminando como muertos en vida y no sé si somos vivos o somos medio muertos que caminan y sufren y andamos en el purgatorio del planeta, y vemos el agua lejos y solo escuchamos el viento y los frijoles se huelen desde lejos con las hojas de aguacate para darles el sabor y poco de agua y de sal y así, con la tortilla de cuchara y de plato vemos cómo el maíz es la verdad de nuestra vida, el valor, la comida, la paz y el perdón para los pobres… si, dormir y despertar con hambre y soledad y dolor de todo y sin esperanza del nuevo día es brutal, pero no sé qué hicimos para estar así, por qué razón el señor dios nos deja desamparados y vemos a los caciques llenos de dinero y de poder, tragando lo que nos roban y nos quintan y ni siquiera se sonrojan ni tienen vergüenza ni sufre del dolor y se dan a las risotadas y hablan fuerte y amenazan con quitarnos la tierra y el chivito y el chancho o la gallina o el cócono si no le pagamos lo que nos llevamos para tragar, nos dice él, no comemos, tragamos, y no entendemos lo que dice porque ni siquiera llenamos un día ni de feria ni de gracia ni de navidad ni año nuevo, ahí encerrados en las casas de palos y remiendos donde entra el viento no para limpiar sino para enfriar el cuerpo y hacerlo doler más y el cacique se queja amargamente de nosotros, mientras come sus gallinas y se saborea sus tortillas y su mezcal y se jala la cerveza y el café y el pan, y uno mira, huele como queriendo arrebatar con la nariz el buen pan, el pan de dios, el que se reparte entre la jodencia dicen los señores curas, pero ahí quedan, cada vez que vienen como cada veinte días y se llevan también la gallina por el entierro del compadre y el chancho por la boda de la hija de la comadre y los huevos y el maíz por el bautizo del niño, y total, todos nos quitan lo que no tenemos, lo poco que guardamos para los malos tiempos y, todos los días son malos. Sí, la verdad es duro dormir con hambre y dolor de cuerpo, de tos que nos lleva la vida con un gritito y un desgarre para sacar la flema y nos da sed y tenemos fiebre y sentimos la muerte, y si llega el doctor, dirá hay que darle de comer, pero, qué le damos si nadie tiene y ahí se va muriendo solo, sintiendo el dolor del cuerpo y de pronto ya no siente y sabe que se le va la vida y da gracias porque se termina el sufrimiento… total, así siguen sufriendo muchos cuando recuerdan el 68 y la matanza sin sentido y la traición del gobierno para hacerlo… y en todos lados hay matanzas, unas grandes unas pequeñas, pero el 68, sigue siendo la referencia de la muerte…el entierro de la esperanza.