Los mexicanos debemos sentirnos orgullosos de los tiempos políticos que estamos viviendo, de la madurez que estamos teniendo hacia la transición gubernamental.

Tras el paso del Tsunami Morenista, conducido por Andrés Manuel López Obrador, el primero de julio, por prácticamente toda la geografía nacional, vivimos días de “Luna de Miel” con nuestra democracia. 

López Obrador ha dejado de ser “el peje”, irreverente, cuestionador, se acabó “la mafia del poder”, “los pirruris”, la campaña de la autopromoción política, “las puntadas”, el Tigre y el Diablo, hoy cambia de piel y tendrá que asumirse como el estadista conciliador, ecuánime y comprometido con la oferta que planteó en su primer discurso después de la elección.

Empezando por la reconciliación de manera pacífica. 

A partir del 1° de diciembre será el presidente de la república, y deberá sentir el apoyo y el compromiso de los más de 122 millones de mexicanos, hayan o no votado por él, tiempo de cerrar filas a su alrededor, porque solo unidos y sin ánimos partidistas, podremos construir y sacar a México adelante.

Se ha encontrado ya con el presidente Peña Nieto, con los empresarios e iniciado reuniones con quienes formaran su gabinete para sentar las bases de su programa de gobierno.

El futuro presidente contará con mayoría en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República, lo que le allanará el camino para impulsar tantas reformas como desee implementar y para cumplir las promesas de campaña ofrecidas.

A primera vista podría decirse que López Obrador la tendrá fácil en su tarea de gobierno con carro completo que ya muchos ven mal, una administración aparentemente sin contrapesos, pero el camino a la elección es una cosa y gobernar otra.

Tendrá sin duda contrapesos en el legislativo, aun cuando mayoritea en el congreso, esos contrapesos no terminan allí, cuando existe un grupo de pensadores e intelectuales atentos al acontecer nacional, cuando los empresarios han sido claros al fijar su postura como agentes del crecimiento económico y generación de empleos; cuando hay grupos de académicos dispuestos a observar tanto aciertos como errores.

Enfrentará también a una prensa observante, crítica y analítica, a las organizaciones de la sociedad civil que se han consolidado como verdaderas fuerzas dispuestas a terminar con los grandes problemas nacionales como la corrupción, la impunidad, la inseguridad, la educación y la pobreza.

Y por último, habrá de lidiar al interior mismo de su movimiento Morena, conservadores y radicales que estiraran la liga, presionaran y lo pondrán entre la espada y la pared.

No será fácil gobernar ni dar solución a los graves problemas que nos aquejan y que los conocemos todos: corrupción e impunidad; violencia sin freno; baja calidad de vida de más de la mitad de los mexicanos; generación de empleos, desigualdad e inequidad en la distribución del ingreso, la viabilidad de las reformas estructurales, etc.

Seguramente tendrá que reconocer que hay muchas cosas que no se pueden cambiar de la noche a la mañana, que no se pueden cambiar” sólo porque lo digo yo” que hay reformas, como la energética que ya decidió analizar y no revocar; cosas que eran fáciles de prometer, pero como dice el dicho “prometer no empobrece, el dar es lo que aniquila”.

Como sociedad nos tocará también, entender que la soluciones no son mágicas, ni inmediatas y que todo es parte de un proceso que puede llevar muchos años.

Definitivamente México necesitaba una sacudida para corregir el rumbo. 

La hora de la verdad para AMLO ha llegado. La oportunidad largamente anhelada está en sus manos. Le corresponde ahora dar respuesta a las expectativas que él mismo ha creado y rendir buenas cuentas a los mexicanos, de lo contrario que la Nación se lo demande. 

Definitivamente México necesitaba una sacudida para corregir el rumbo.

La hora de la verdad para AMLO ha llegado. La oportunidad largamente anhelada está en sus manos. Le corresponde ahora responder a las expectativas que él mismo ha creado y rendir buenas cuentas a los mexicanos, de lo contrario que la Nación se lo demande.

 

El reto ahora para AMLO es cumplir.

FB: Paco Ramirez
Tw: @ramirezpaco