Es común en el futbol, ningún dueño de un conjunto que se califique de
respetable es capaz de aguantar los malos resultados de sus directores técnicos, si los números no favorecen y esto no se refleja en la tabla , sencillo: se realizan los ajustes, se busca nuevo líder y se les da las gracias, el director técnico puede realizar todos los malabares e excusar sus malos cifras con cualquier fantasía, culpar al vestidor o que no se entiende con el capitán, pero al final del día lo que pesa es si tu conjunto mete goles, gana partidos y llena estadios. Así de sencillo. ¿se imagina a una institucional como las chivas o el América soportando sequia de goles y con el peligro de irse al descenso mientras Vergara o Azcárraga consienten a sus dt solo porque son cuates?
Eso no pasa…y a pesar de que solo es un juego, detrás existe mucho lo que se expone. Los políticos, adoptaron ese razonamiento, fungiendo bajo ese instinto de “hacer los cambios” en sus equipos de trabajo cuando el graderío o los electores comenzaban a lanzar abucheos, de ahí que los que gobiernan recurrieron al oráculo de el “simpatisometro “.
Se fijaron que la aceptación no era “tan de pies de barro” y tomaron más en serio aquello de la opinión publica…las aduanas electorales no están para ser desdeñadas y tenemos ejemplos muy frescos del como los ciudadanos convirtieron la credencial del ine como guadaña y les cobraron los excesos y la arrogancia a los pasados gobiernos y pusieron a otros al frente…solo que los que llegaron no lo hicieron por que fuesen los mejores, sino por que significaron el arma de la venganza popular, el pueblo bueno se las cobro.
Insisto: si esto fuese futbol, habríamos visto la llegada de los mejores directores técnicos, con experiencia y capacidad resolutiva, no a los más burdos de la porra…no a los vendedores de humo o efectistas.
El marcador es brutal, los criminales están vapuleando a los de la 4t y nosotros en medio, la ciudad de México no tiene respiro, cada segundo un ataque, un asesinato, un secuestro, un abuso sexual, un acto de corrupción o de chantaje, un nuevo lazo de complicidad se da sin que ni la defensa, ni la media y mucho menos la portería alcance a ser defendida…el espectáculo es grotesco, la violencia es lo único que se respira, la impunidad mete la pierna duro, fractura, lesiona, y el cuerpo arbitral balbucea esgrimiendo que no ve las jugadas arteras, es ese poder judicial comprado, que se arregla en los vestidores, que deja pasar delitos, que permite que la mano negra de las componendas manejen el destino de las victimas…más de 20 millones de jugadores de la escuadra chilanga se encuentran a merced de pésimas decisiones, de la nula estrategia, de la falta de experiencia de los que deberían colocar un cuadro diferente, uno que nos ampare de la metralla de abusos…
El equipo defeño está perdiendo, lo que era la promesa de un juego limpio de la democracia y sus beneficios reflejados en una mejor calidad de vida, de seguridad y de mejores oportunidades se ha convertido en un encuentro en el mismísimo infierno.
Estamos perdiendo, nos están secuestrando, nos matan, el conjunto de gobierno, lejos de sudar la playera no sabe si el numero va en la espalda o en el frente, se está al revés o derecho…este, señoras y señores, es el juego de nuestras vidas, y no se ve ni cambios, ni estrategia y peor aún: falta mucho para el silbatazo final.