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Miles de personas en el sur de California participaron hoy en la protesta "Un día sin inmigrantes", contra las políticas instrumentadas por el presidente Donald Trump en materia migratoria.

Sin marchas, la movilizacion se concentró en restaurantes y negocios que no abrieron durante el día, así como la inasistencia de estudiantes a sus escuelas y a sus centros de trabajo.

Las expresiones de rechazo a las políticas de Trump llegaron incluso a algunos cruceros de avenidas, donde manifestantes lanzaron consignas en favor de los inmigrantes.

Aunque aún no se tiene un estimado del impacto económico y de la participación en la jornada de protesta, sin embargo fue evidente un descenso en tráfico de vehículos en Los Ángeles.

También fue notoria la colocación de carteles en restaurantes, en inglés y en español, con leyendas como "Cerrado todo el día. Este negocio es atendido por latinos y apoyamos las protestas contra las acciones del nuevo gobierno".

La protesta fue espontánea y fue impulsada por redes sociales, en las que el mensaje se volvió trending pese a que ninguna organización la convocara o se atribuyera como autora del movimiento social.

En viviendas, las familias ordenaron que nadie iría a la escuela, al trabajo, ni a hacer compras de comida o de gasolina, como fue solicitado en la movilización.

En el consultorio del doctor Steven Jacobs, enfermeras y asistentes no se presentaron en sus oficinas de Beverly Hills, explicó la empleada Andrea García. El médico Jacobs se sumó a la protesta y la vio con gran simpatía.

Javier Martínez, de 15 años y estudiante del Colegio del Este de Los Ángeles, confirmó que muchos escolares no se presentaron. "También mis hermanitas me enseñaron que en su escuela faltaron muchos niños", agregó.

La protesta va dirigida contra la política del presidente Trump por construir una nueva barda en la frontera con México y por su amenaza de deportar a millones de indocumentados, a los que ahora clasifica como criminales y violadores.

Los participantes exigen que el gobierno de Trump reconozca las contribuciones de los inmigrantes, como mano de obra en restaurantes, negocios y demás centros laborales, y que detenga sus políticas "racistas" y "discriminatorias".

Desde muy temprano, el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles envió un comunicado para invitar a estudiantes a no ausentarse de las escuelas. Los conminó a asistir a clases y participar en discusiones con sus compañeros y maestros.

"Lo más importante es demostrar que nuestra comunidad está lista para luchar y ahora no solo es un grupo con una cabeza, somos muchas cabezas peleando por el mismo objetivo", opinó Gloria Saucedo, de Hermandad Mexicana Transnacional en Van Nuys.

La organización, que este día cerró sus instalaciones para realizar trámites, tuvo a voluntarios repartiendo tarjetas para que los inmigrantes conozcan sus derechos en la esquina de Blyte y Van Nuys por varias horas.

La compañía de jugos Kreation Organic anunció en sus redes sociales que también apoya el boicot. La empresa decidió cerrar este jueves sus 15 sucursales en Los Ángeles.

En solidaridad con los miembros de la familia Kreation, quienes como inmigrantes ayudan a hacer a Estados Unidos el gran lugar que es, nuestras sucursales estarán cerradas por hoy", explicó la empresa su Twitter. "Los empleados participantes en el boicot recibirán su salario", aclaró.

Servando López, de 77 años, se mostró sorprendido de que cuando acudió a recortarse el cabello encontró que la estética a la que acude de manera habitual estuvo cerrada. "Estas muchachas se sumaron a la protesta y me amolaron, pero bueno, aunque ya no tengo mucho cabello, quería que me lo cortaran", bromeó.

"Tengo 20 años en Estados Unidos y nunca había visto esto. Llamo al señor Trump a que no siga haciendo más daño, que entienda que venimos a trabajar, nos sentimos muy tristes porque solo venimos a luchar y a sobrevivir como gente honesta", expresó Adriana, originaria de Morelos, afuera del centro comercial El Súper, en el Este de Los Ángeles.

"Venimos a hacer algunas compras porque necesitamos dar comida a nuestros hijos pero si no, no hubiéramos venido, pero sí apoyamos a todas las movilizaciones que se hagan a favor de los inmigrantes", añadió.

Afuera de Home Depot de Pico Rivera, un grupo de trabajadores indocumentados que ofrece sus servicios de jardinería se quejó de que desde que inició Trump, su trabajo ha descendido de manera notable.

El sonorense Roberto Beltran llamó al presidente Trump a reconocer el valor que tienen los inmigrantes en este país. "Somos buenas personas, no somos violadores, ni ladrones, venimos a hacer el trabajo que muchos estadunidenses no quieren hacer", increpó.

"A Trump le decimos que somos gente humilde, que tenemos familias allá y aquí y a quienes tenemos que mantener y queremos dar un mejor futuro, queremos respetar las leyes, no queremos quebrantarlas, queremos trabajar, queremos una amnistía para pagar impuestos, queremos algo serio, algo derecho", expuso.