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El gobierno de Afganistán decretó hoy día nacional de luto en honor de las 103 personas que fallecieron la víspera por la detonación de una ambulancia cargada de explosivos en el centro de esta capital, cuya autoría se atribuyó al movimiento fundamentalista Talibán.

En una declaración, el Palacio Presidencial informó que este domingo fue declarado día de duelo nacional para rendir homenaje a los afganos que murieron en el "cobarde ataque terrorista" de ayer en Kabul y los recientes en las provincias de Nangarhar, Helmand y Kandahar.

Un atacante suicida condujo el sábado una ambulancia llena de explosivos hasta el edificio del antiguo Ministerio de Defensa y cerca del Hospital Jamhuriat, en el centro de Kabul, haciéndola detonar minutos después.

El atentado, registrado en una zona fuertemente protegida de la ciudad, cerca de embajadas y edificios públicos, fue la peor atrocidad desde el camión cargado de explosivos que detonó en mayo pasado frente a la embajada alemana, provocando la muerte de 150 personas.

Conforme al duelo nacional declarado por el presidente Ashraf Ghani, la bandera nacional en todas las oficinas y la plazas del país ondea este domingo a media asta, destacó el Palacio Presidencial.

El gobierno también decretó mañana lunes como feriado en Kabul para ayudar a las personas más afectadas o que perdieron un familiar a superar su pena, según un reporte de la agencia Pajhwok Afghan News (PAN).

"El martes, se realizarán oraciones especiales en el Palacio Presidencial y en las mezquitas de todo el país para rendir homenaje a las víctimas", destacó el comunicado de la presidencia afgana emitido este domingo, cuando se llevaron a cabo los primeros funerales de las víctimas.

El ministro del Interior (MoI), Wais Ahmad Barmak, confirmó esta tarde que la cifra de muertos por el atentado suicida aumentó a 103, mientras que los heridos sumaban 235, incluidos 30 policías.

En una conferencia de prensa en Kabul, Barmak confirmó que el atacante llegó hasta el edificio del antiguo Ministerio de Defensa, luego de atravesar por un puesto de control de seguridad, al decirle a la policía que tenía un paciente grave en el hospital de Jamhuriat.

"El atacante detonó el vehículo-bomba en un segundo punto de control", destacó Barmak, y admitió que las fuerzas policiales sufrieron muchas bajas en el ataque, aunque no dio una cifra exacta.

Descartó que el personal de seguridad haya cometido la negligencia y dijo que no podía dar más detalles de los hechos para no obstaculizar las investigaciones, que han llevado a la captura de cuatro sospechosos.

La ambulancia estalló en una zona cercana a las oficinas de la Unión Europea (UE) en Kabul y a una plaza comercial conocida como Chicken Street, que estaba atestada de gente por ser fin de semana.

El atentado ocurrió una semana después de otro ataque similar y un asalto armado contra el hotel Intercontinental de Kabul, en el cual al menos una veintena de personas murieron, en su mayoría extranjeros, y decenas resultaron heridas.

El portavoz de Movimiento Talibán, Zabihullah Mujahid, se atribuyó en un mensaje la responsabilidad del atentado explosivo de ayer en Kabul, el cual fue en respuesta a la posición de la línea dura del presidente estadunidense Donald Trump en Afganistán.

"El Emirato Islámico tiene un mensaje claro para Trump y sus aliados que tienen un final con una política de agresión y guerra desde el brazo, no esperen que los afganos cultiven flores en respuesta", indicó el portavoz del grupo utilizando el nombre oficial que usa el grupo islamista cuando gobernó.

El Movimiento Talibán, que proclama el extremismo religioso islámico, llegó al poder en 1996, bajo la imposición de una de las más estrictas interpretaciones de la Sharia, que se hizo famosa internacionalmente por el maltrato a las mujeres.

Bajo el régimen del Talibán, las afganas se vieron obligadas a usar la burka, una túnica que las tapas de cabeza a pies y solo tiene una abertura a la altura de los ojos.

El régimen fue derrocado con la invasión de Estados Unidos a fines de 2001, luego de los atentados del 11 de septiembre de ese año contra las Torres Gemelas, orquestado por el líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, quien en ese entonces se refugiaba en Afganistán, protegido por el Talibán.