polint-Bachelet-WB

El gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, que concluirá el domingo próximo, deja como principales legados la gratuidad de la educación superior para miles de jóvenes vulnerables y la despenalización del aborto por tres causales, entre otros.

En su programa de gobierno para los cuatro años de gobierno (2014-2018), la entonces candidata presidencial planteó como eje dejar atrás la desigualdad que por décadas se profundizó en la sociedad chilena y que se convirtió en una de las más profundas de la región.

Por ese motivo, su administración implementó grandes reformas, entre ellas la educativa, la cual terminó con el lucro, el copago y la selección de estudiantes y aseguró un acceso igualitario a una educación gratuita y de calidad.

Hasta diciembre pasado, y gracias al programa implementado en 2016, al menos 257 mil jóvenes estaban estudiando gratis en establecimientos de educación superior, todos los cuales provienen de los sectores más vulnerables de la población.

El 64 por ciento de ellos estudian en una de las 32 universidades adscritas al sistema, mientras que el resto está matriculado en alguno de los 12 centros de formación técnica o institutos profesionales que participan del programa.

El gobierno tenía planificado que este año la gratuidad universitaria, técnica y profesional se extienda al 60 por ciento de los estudiantes chilenos más vulnerables.

Según la mandataria, en muchos actos públicos recibió el agradecimiento de padres y madres por la posibilidad que sus hijos estudien gratis en la universidad, beneficio que debería ampliarse en forma progresiva.

En la misma materia, se crearon dos universidades estatales en las regiones del Libertador Bernardo O'Higgins y de Aysén y se destinaron recursos para entregar cada año 300 mil computadores conectados a internet a estudiantes de Séptimo Año Básico.

Además, se inició el regreso de la educación básica y secundaria que estaba en poder de las municipalidades al Estado y se aprobó una reforma tributaria con énfasis en la equidad, lo que permitió financiar los cambios en materia educacional con ingresos fiscales permanentes.

Por otra parte, una de las grandes promesas electorales, la despenalización del aborto, se hizo realidad en septiembre pasado tras un largo trámite legislativo aunque sólo por tres causales: peligro para la vida de la embarazada; inviabilidad fetal de carácter letal; y embarazo por violación.

De esta forma, la mujer tiene garantizado el acceso a los tratamientos médicos necesarios para preservar su vida aún cuando la realización de los mismos implique la interrupción del embarazo.

En tanto, en los casos en que el embrión o feto padezca una alteración estructural congénita o genética de carácter letal, la mujer podrá decidir si interrumpe o no su embarazo previos diagnósticos médicos por parte de especialistas.

Para la última causal, de violación, será un equipo médico especial el encargado de confirmar la concurrencia de los hechos que lo constituyen y la edad gestacional, tras lo cual deberá informar respecto a la interrupción del embarazo y presentar la denuncia respectiva contra el culpable.

Esta reforma fue elogiada por organizaciones feministas y vinculadas al género de Chile y el extranjero, aunque ellas esperaban una despenalización del aborto total, sin causales específicas.

Durante la segunda administración de la jefa de Estado también se sustituyó el sistema electoral binominal, que fue impuesto por la dictadura (1973-1990) de Augusto Pinochet, por uno proporcional e inclusivo que amplió la representación política en el Congreso.

También se promulgó una "ley de cuotas" para incrementar la presencia de las mujeres en el Congreso, lo que se tradujo en que la presencia femenina en el Senado pasará del actual 15.8 por ciento a un 23.2 por ciento a partir del próximo domingo.

En la actualidad, en la Cámara de Diputados un 15.8 por ciento de los legisladores son mujeres, porcentaje que este domingo se elevará a 23.9 por ciento gracias a la legislación impulsada por el gobierno.

Además, se aprobó la Ley del Acuerdo de Unión Civil, lo que permitió a parejas del mismo sexo formalizar sus vínculos sentimentales, y se modificó la ley electoral para permitir el voto en elecciones presidenciales de los chilenos que viven en el extranjero.

Otro logro del gobierno de Bachelet fue la creación de los ministerios De la Mujer y la Equidad de Género, y De las Culturas, las Artes y el Patrimonio, además de avanzar en materia de transparencia en los gastos y contrataciones del Estado.

También se dictaron leyes para estabilizar el precio de los combustibles; se modificó la legislación en materia de fármacos para abrir mercado a los bio-equivalentes, y se promulgó una ley que financia enfermedades de alto costo.