Vaya “debate” anoche la señora Clara Brugada y los señores Salomón Chertorivski y Santiago Taboada. De nueva cuenta,

eso sí, los tres se dieron gusto en eso de pronunciar una serie de enunciados, todos ellos prometedores para los poco más de nueve millones de habitantes de la gran Ciudad de México, la mayoría mujeres.

Quizá resulte del formato de estos ensayos, que si bien no son ya nuevos en la capital y el país mismo, siguen sin permitir un genuino debate. Tampoco alientan la discusión, y sobre todo argumentación de los grandes y graves problemas de la gran urbe mexicana, entre ellos, claro, el agua, la contaminación y ni hablar de la seguridad. Obvio, el formato de este tipo de debates ni remotamente permite la expresión de un proyecto de Ciudad medianamente completo ni al menos para el mediano plazo.

Quedó claro esto en el intercambio entre la señora Brugada y Taboada, éste último al proponer el regreso de programas afectados por la denominada 4T. 

Apenas destellos pudieron verse de las propuestas, ideas o iniciativas de los tres “debatientes”, pero al televidente, entre ellos quien esto escribe, seguramente que nos quedamos con una idea vaga de lo que cada uno de ellos propone para justificar su interés de gobernar la Ciudad de México los próximos seis años, o menos, si es que una o uno de ellos decide antes del 2030 dejar el cargo para aspirar por el siguiente, por supuesto, la presidencia del país como un peldaño político más y natural.

Se entiende que el tipo de formato acorta y acota la posibilidad de un intercambio real, de un debate sustantivo entre quienes aspiran a hacerse del gobierno de la CDMX, mas no se entiende, no al menos de forma cabal, que los tres participantes de este ejercicio hayan quedado a deber tanto en temas críticos de la Ciudad. Si acaso, -insisto- los enunciaron.

Un punto que de plano soslayaron, eludieron o francamente ignoraron fue el relacionado con el financiamiento de sus propuestas e iniciativas. Brugada repitió el tema del manejo honesto de los fondos públicos, Taboada habló de los 300 mil millones de pesos y Chertorivski se plantó en los 17 mil millones de pesos adicionales para fondear sus ideas, pero ninguno quiso arriesgar con un pronunciamiento sobre una política fiscal nueva. Sería suicida políticamente, aunque económicamente indispensable. El tema trasciende el manejo honesto, eficiente y aun bajo criterios de austeridad. Es un hecho, que al igual que el país, la Ciudad de México se queda corta y a veces muy corta para apuntalar presupuestalmente sus necesidades de operación. Bastaría para comprobar esto un vistazo a los requerimientos presupuestales que cada año se plantean al Congreso de la CDMX.

La y los candidatos a encabezar el gobierno de la CDMX tampoco explicaron qué harán en una Ciudad como la capital del país, donde la economía es hoy predominantemente informal. Ambos temas, el fiscal y la informalidad económica que domina en la capital mexicana van entrelazados, pero ni Brugada, Chertorivski o Taboada, quisieron entrarle con la seriedad y complejidad que ambos asuntos demandan.

Así que aun cuando el Instituto Electoral de la CDMX haya explicado que el objetivo de los debates consiste en garantizar el más amplio ejercicio de la libertad de expresión y proporcionar a la sociedad de la Ciudad de México, la difusión y conocimiento de cada una de las candidaturas, sus ideas, programas y plataformas electorales, este quedó a deber en los temas abordados sobre crecimiento, desarrollo económico, finanzas públicas, desarrollo humano, Estado de Bienestar y política social.

Sondeos difundidos casi inmediatamente después del debate, dieron una ventaja a Taboada. Massive Caller colocó al ex alcalde con un 53.1 por ciento contra 37.1 por ciento de la ex titular de Iztapalapa.

Arturo Elías Ayub dio a Taboada 64 por ciento contra 13 por ciento a Brugada.

Muy comentado el mensaje en X de la candidata presidencial, Claudia Sheinbaum. “Felicidades, @Clara BrugadaM”. ¿Habría que agregar algo? Quizá recordar el jalón en el Zócalo.

Roberto Cienfuegos J.

@RoCienfuegos1