Estudios realizados por investigadores mexicanos demostraron que la taurina tiene una acción importante para la proliferación de células que, en un futuro, podrían reparar el daño causado por algunas enfermedades neurodegenerativas como Parkinson, Alzheimer o Esclerosis Múltiple.
Herminia Pasantes Ordóñez, profesora emérita del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, detalló que se trata de células que forman neuronas nuevas en el cerebro adulto y, por tanto, tienen capacidad para reemplazar a aquellas que están muertas o dañadas.
“Lo relevante de este nuevo hallazgo es que las células madre tienden a reproducirse mucho más rápido y el número de neuronas es dos o tres veces mayor en presencia de taurina”, la cual se encuentra en la carne roja, el pescado y los mariscos.
La integrante del Seminario Permanente las Ciencias y las Tecnologías en México en el Siglo XXI señaló que las primeras pruebas fueron realizadas en el cerebro de ratones y el trabajo adquirió mayor relevancia tras obtener los mismos resultados con células de origen embrionario humano.
Para ello, destacó, la propuesta científica fue trasladada al Hospital de Niños de Michigan, en Detroit, por la doctora Reyna Hernández Benítez, quien planteó este proyecto de investigación dentro de su tesis doctoral y validó los efectos de la taurina en material humano.
A su regreso de Detroit, Hernández Benítez, junto con otros colaboradores de ese Instituto, dirigieron sus esfuerzos para conocer cuáles fueron los mecanismos moleculares que propiciaron los efectos positivos de la taurina.
Pasantes Ordóñez dijo que las conclusiones apuntan a una relación con la función de las mitocondrias, que son los elementos de la célula que le proporcionan energía. “En presencia de taurina, las mitocondrias funcionan mejor y las células están más aptas para dividirse más rápido”.
Por estos hallazgos, recordó, el estudio fue acreedor del Premio Weizmann 2013 a la Mejor Tesis de Doctorado en Ciencias Naturales, otorgado por la Academia Mexicana de Ciencias.
Además, la autora de la tesis realiza actualmente una estancia posdoctoral en el Salk Institute for Biological Studies en San Diego, California, donde hace estudios sobre reprogramación en células nerviosas, con apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Pasantes Ordóñez abundó que la taurina es una molécula importante en funciones básicas como la regulación del volumen en las células, una necesidad particularmente esencial para el cerebro.
Puntualizó que también es necesaria para el desarrollo adecuado del cerebro durante la etapa del embarazo y en los primeros años después del nacimiento, y los seres humanos obtienen la taurina necesaria en la carne roja, el pescado y los mariscos, en cuyos alimentos puede hallarse en muy altas cantidades.
También está presente en leguminosas (frijoles, alubias, garbanzos, habas) y en semillas oleaginosas (nueces, almendras, avellanas), solo por mencionar algunas, de acuerdo con investigaciones realizadas hace algunos años por Pasantes Ordóñez.
Concluyó que si bien los resultados de estos estudios contribuyen al ámbito científico y ofrecen posibilidades para llegar a reparar el daño neuronal ocasionado por enfermedades como el Parkinson, el Alzheimer o la Esclerosis múltiple, aún no se pueden usar con éxito en trasplantes humanos.