Oiga, licenciado…

Para eso me gustaban. Y ni qué decir del faramallero que blofea como distinguido sabelotodo que presume estar bien

informado de todo lo que ocurre en el país, pero... Oiga, licenciado, ¿en serio sabe el nombre del tapado que nominará la oposición?

Y todo porque…

Alineada, a la vera de la información que de ser harto esperada fue descalificada y sus alcances puestos en duda por la pléyade que de tanto urgir el parto de la noticia negó el alumbramiento de la opción esperada que enfrentará al oficialismo conducido desde Palacio.

¿Para qué querían conocer el método que partidos ayuntados en Va por México y organizaciones ciudadanas, seguirán para nominar a la o él candidato a la Presidencia de la República?

Si al método inmediatamente han puesto bajo sospecha de abrigar intereses oscuros, por decir lo menos, ¿cómo estaría la zalea de la candidata o candidato de haber sido develado hace unos meses o semanas?

Oiga, licenciado, para eso me gustaban. 

Los suyos y los de la oposición, los dizque de casa, le han encontrado defectos y se niegan, en los hechos, como oposición consistente y se suman a la fila de plañideras que da la razón al oficialismo, éste que desde todos los flancos les grita incongruentes y califica atados a un pasado de privilegios.

¡Corruptos!, ¡corruptos!, ¡quieren volver al poder para seguir robando!, les escupen desde la acera de enfrente y su única reacción es renunciar a la militancia.

Y acusan a su dirigencia de haberse apoderado del control del partido, como si ellos no lo tuvieron durante el tiempo que su gobernador fue dueño de éste y lo perdió merced a una negociación para ceder la silla feudal e irse a Campo Alegre, el dulce exilio de la diplomacia que ha sido, es y será, a contrario sensu de lo dicho por Su Alteza Serenísima, moneda de cambio.  

¡Ah!, no son capaces de emprender una campaña que decante los filos de la bestial e insultante corrupción que, hoy reciclada con otros actores, permitió amasar fortunas insolentes frente a la pobreza utilizada en tiempos de elección.

Sí, primero los pobres. 

Primero los descamisados, los que se conforman con la pensión miserable, paliativo sexenal que los mantiene como parte sustancial del discurso que vende, que imanta y atrae con la promesa de siempre, la tierra prometida.

Sí, la reacción esperada. 

La opinión de los expertos y de los dolidos, de los sabelotodo, de los que dicen conocer las entrañas de las negociaciones en las ligas mayores pero han fracasado en campañas recientes con el mayor golpe de la presidencial de 2018.

O los que, de plano, desde el oficialismo legislativo consideran que la propuesta ha nacido muerta y que la oposición anda desesperada, cuando la desesperación se escucha en la homilía recitada desde el púlpito del Salón de la Tesorería.

Y he ahí a los conocedores que sin el análisis sensato de la ruta a seguir en la unción de la o él candidato que será anunciado el domingo 3 de septiembre próximo, tres días antes de que uno de los hombres del Presidente o quizá la favorita del profesor, perversamente llamados corcholatas, sean lanzadas al ruedo conforme marca, legalmente, el calendario electoral. 

¡Recáspita!

Oiga licenciado…

¿Anda preocupado, digamos encabronado? ¿Se le descompone el panorama y al jovenazo Claudio X González lo trae clavado como dolor de caballo?

Porque, disculpe usted, licenciado, en la mañanera de inicio de semana se le escuchó con la voz agitada por la preocupación. En serio.

¡Claro!, claro, no le debe preocupar sobremanera el anuncio del método anunciado por Alejandro Moreno y Marko Cortés y Jesús Zambrano, sí, Chucho, a quien usted conoce muy bien y él también lo conoce y le sabe muchos pecados que usted ha negado como San Pedro.

Y no le debe preocupar porque, como refería, si es que me leyó, en la misma oposición están los enemigos de la oposición, esta suerte de expertos que por no haber sido escuchados ni tomados en cuenta para elaborar el plan tendente a tumbar a la 4T del poder, pues ya le buscan chichis a las hormigas.

Le encuentran defectos, que si el número de firmas, que si el tiempo es breve, que si se han tardado, que si Marko Cortés esto y aquello y Alito Moreno es un ambicioso, aunque haya dicho con todas sus letras que no se inscribirá como aspirante a la nominación disfrazada con ese eufemismo llamado “responsable de la construcción del Frente Amplio por México”. 

En fin.

Usted, licenciado Andrés Manuel salió con el mismo rollo que sus seguidores le conocen sin cambiar una coma.

“Es un proceso que tiene que ver con la élite del poder económico y político. Ya hemos hablado que, cuando ellos gobernaban, no había democracia, lo que imperaba era la oligarquía, es decir, el gobierno de la minoría, la oligarquía es el gobierno de los ricos, de los de arriba, la democracia es el gobierno del pueblo”, dijo ayer en la mañanera.

Y me pregunto, con todo respeto, licenciado: ¿cómo demonios es que ganó la Presidencia de la República en 2018, si usted asegura que “se hablaba de democracia, pero era una fachada, en realidad el gobierno estaba al servicio de una minoría, eran los que mandaban en el Poder Judicial, en el Poder Legislativo, en el Poder Ejecutivo, en el INE, en el Tribunal Electoral, tenían tomado el gobierno, se había convertido el gobierno en un comité al servicio de unos cuantos”.

De ser así, licenciado, ¿entonces negoció usted con el culto licenciado Enrique Peña Nieto su arribo al poder como el máximo oligarca 2018-2024?

Bueno, eso se dice. Y ya sabe usted cómo son estos periodistas e intelectuales pagados por conservadores y neoliberales.

Además, dice usted que “ahora se repite la historia, vuelven a buscar la unidad de esa manera en la cúpula. Ya no está Claudio X. González papá, ahora el jefe es Claudio X. hijo, ese es el que va a decidir, todo lo demás es pura faramalla”. 

Y, ¡caray, licenciado!, sostiene que “se están poniendo de acuerdo arriba, la oligarquía corrupta, saqueadora, para tener un candidato y regresar por sus fueros. No tienen programa, nada, lo que quieren es seguir robando porque no tienen llenadera”.

Luego, disculpe licenciado López Obrador, es público que usted miente como respira y blofea, por eso le quisiera creer que “ya conociéndolos, en unos días más hasta les puedo decir por adelantado quién va a ser el candidato de ellos”.

¿En serio?

Pues ya ni qué decir.

Usted lo sabe todo, es algo así como omnipresente, émulo del Santo Niño Fidencio.

Oiga licenciado, usted es mucha pieza. Lástima que le caiga mal la ONU, pero después del 1 de octubre de 2024 sus asesores encabezados por el poeta y escritor Jesús Ramírez lo podrían nominar a la Secretaría General del organismo e irse a vivir a Nueva York no a La Chingada. ¡Recórcholis, Drakko! Digo.

Moisés Sánchez Limón

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@sanchezlimon1