en ciencia se ha basado durante mucho tiempo en su libertad de investigación y su independencia frente a la injerencia política. Una nueva orden ejecutiva firmada por el presidente estadounidense, Donald Trump, el 7 de agosto, amenaza ahora con cambiar este paradigma,
 La orden ejecutiva, titulada "Mejora de la supervisión de las subvenciones federales”, otorga a los cargos políticos designados una amplia autoridad sobre todas las subvenciones federales.
Si se aplica, los cargos políticos designados, y no los científicos, tomarían el control de las decisiones sobre las subvenciones para la investigación. Entre otros cambios, permitiría a los cargos políticos designados invalidar el asesoramiento de los científicos sobre las decisiones de concesión y les permitiría rescindir las subvenciones en curso basándose en criterios políticos.
Los científicos y los defensores de la investigación han criticado duramente la orden ejecutiva, afirmando que refuerza el control de Trump sobre la investigación científica y las universidades. Advierten de que sustituirá el mérito científico por la lealtad ideológica a la administración Trump.
Victor Ambros, que ganó el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 2024 por el descubrimiento del microARN, ha calificado la medida de "extremadamente antipatriótica”.
"[La orden es] una politización descarada y sin tapujos, al estilo soviético, de la ciencia estadounidense, que sofocará lo que hasta ahora ha sido la empresa científica más destacada del mundo. Hasta esta Administración, la única prioridad general para la financiación pública de la investigación ha sido la excelencia científica. Por eso nuestro país ha tenido tanto éxito en la realización de descubrimientos que salvan y enriquecen vidas”, afirmó Ambros en un comunicado.

::: Supervisión política de la investigación
En la última década, el Congreso de los Estados Unidos ha concedido anualmente alrededor de 200 000 millones de dólares en subvenciones para la investigación, con el fin de promover la investigación fundamental sobre enfermedades, nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y medicamentos que salvan vidas.
Los investigadores con sede en los Estados Unidos han solicitado subvenciones para la investigación a organismos científicos federales como la Fundación Nacional para la Ciencia (NSF) y los Institutos Nacionales de Salud (NIH).
La concesión de las subvenciones solicitadas por los científicos depende de una revisión independiente por pares. Paneles de expertos evalúan las propuestas de investigación basándose en las pruebas, la metodología y el impacto potencial.
La orden ejecutiva del 7 de agosto cambia esto. La revisión por pares de expertos científicos ahora solo tiene carácter consultivo: las decisiones finales sobre la concesión de subvenciones se han puesto en manos de cargos políticos designados. Esos cargos pueden negarse a financiar nuevas subvenciones que no se ajusten a la agenda política de Donald Trump.
"Las subvenciones [de financiación] deben, cuando proceda, promover de manera demostrable las prioridades políticas del presidente”, afirma el documento.
La orden cita la teoría crítica de la raza, los programas de educación sexual transgénero y la investigación sobre diversidad, equidad e inclusión como "iniciativas de extrema izquierda” que suponen un "despilfarro ofensivo del dinero de los contribuyentes”.

::: “Un lugar hostil para los investigadores”
Esta orden ejecutiva es el último ataque de la administración Trump a la investigación científica y a las universidades estadounidenses. El actual presidente congeló toda la financiación federal para la ciencia en febrero y ha recortado puestos científicos de alto nivel en la NASA.
También se han recortado fondos para la ciencia climática, temas relacionados con el género e investigaciones sobre tecnologías de vacunas de ARNm que podrían salvar vidas. Kenneth Evans, experto en políticas públicas de ciencia y tecnología de la Universidad Rice de Texas, declaró a DW en febrero que la administración Trump ha convertido a Estados Unidos en "un lugar hostil para los investigadores”.

::: ¿Qué significa esto para la investigación en EE. UU.?
Las asociaciones médicas advierten de que los continuos ataques del presidente a la ciencia están dañando la reputación de EE. UU. como potencia científica y paralizando investigaciones vitales.
"La revisión de las subvenciones por parte de cargos políticos nombrados obstaculizará aún más el trabajo de la comunidad científica para proporcionar soluciones y luchar contra las amenazas para la salud pública”, afirmó Stefano Bertuzzi, director ejecutivo de la Sociedad Americana de Microbiología.
Dado que la orden ejecutiva se enfrenta a críticas tan fuertes, es casi seguro que también se enfrentará a impugnaciones legales. Es probable que los opositores argumenten que la orden viola las salvaguardias diseñadas para mantener la investigación científica libre de supervisión política.