Mediante un comunicado, la policía explicó que los detenidos creaban empresas ficticias sin ejercer una actividad real, simulaban contrataciones de trabajadores a cambio de dinero y luego tramitaban sus altas ante la seguridad social.

Una vez que estaban cotizando, esperaban a que los supuestos trabajadores acumularan los periodos mínimos de cotización para acceder a diferentes prestaciones.

De los 34 detenidos, 14 son españoles y cinco de ellos actuaban como gerentes de las empresas ficticias, y llegaron a cobrar entre 100 y 400 euros (entre 128 y 515 dólares aproximadamente) a personas interesadas en obtener diferentes prestaciones de la Seguridad Social.

Además de las empresas ficticias que creaban, los detenidos utilizaban empresas ajenas con actividad real para dar de alta a extranjeros sin papeles, sin el conocimiento de los verdaderos responsables.

Los 34 detenidos no estaban relacionados entre sí ni actuaban como una red organizada, según la Policía.