El vocero del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Andrei Lisenko, aseguró que las más de dos mil toneladas de ayuda humanitaria rusa no cuentan aún con la certificación de Kiev.

“Hasta que no se tome la decisión sobre la cantidad, el destino y la ruta de la carga humanitaria a Ucrania, no habrá lugar para ésta”, dijo Lisenko en conferencia de prensa.

Advirtió que no permitirán el paso del convoy humanitario hasta que el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) haya establecido las necesidades de la región dentro de una semana.

El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, consideró que toda misión humanitaria debe excluir cualquier tipo de presencia militar y que la ayuda debe entrar en territorio ucraniano a través de los puestos fronterizos controlados por Kiev.

Estados Unidos también indicó la víspera que cualquier intervención rusa en Ucrania sin el consentimiento de Kiev sería “inaceptable”, mientras el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, advirtió contra cualquier acción militar unilateral en Ucrania.

Rusia envió un convoy con 280 camiones con ayuda, que incluyen 400 toneladas de cereales, 100 toneladas de azúcar, 62 toneladas de alimentos para niños, 54 toneladas de medicinas, 12 mil sacos de dormir y 69 generadores eléctricos, según la agencia Itar-tass.

El lunes, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, comunicó a Durao Barroso el envío de un convoy humanitario a Ucrania, en cooperación con representantes de la Cruz Roja Internacional, para socorrer a la población del oriente de ese país.

El canciller ruso Serguei Lavrov aseguró que Moscú había consensuado con las autoridades ucranianas la puesta en marcha de la misión humanitaria bajo los auspicios del CICR.

“Espero que esta acción humanitaria se haga realidad muy pronto bajo los auspicios del Comité Internacional de Cruz Roja. Hemos consensuado todos los detalles con las autoridades de Ucrania. Espero que nuestros socios occidentales no nos pongan trabas”, indicó.

El expresidente ucraniano Leonid Kuchma informó este martes que la ayuda enviada por Rusia entrará en Ucrania por un paso fronterizo de la región de Járkov, controlada por las autoridades del país.

Kuchma, quien forma parte del denominado grupo de contacto para la crisis de Ucrania, aseguró que el destino de la ayuda humanitaria será la ciudad de Lugansk, controlada por los separatistas prorrusos y cercada desde hace semanas por las fuerzas ucranianas.

Alrededor de 250 mil de sus 420 mil habitantes que siguen en Lugansk, según las autoridades de Kiev, carecen de agua, luz y gas, además sufren una alarmante escasez de alimentos.

Según agencias de las Naciones Unidas, más de mil 100 personas han muerto, incluyendo soldados y rebeldes, en los cuatro meses desde que los separatistas se apoderaron de territorio en el este y Kiev lanzó su ofensiva para recuperar el control de estas regiones.