A su antecesor, el también chiita y aliado en la región, Nuri al Maliki, Irán le retiró su apoyo y Estados Unidos le dio un empujòn para que dejara el cargo.

Haidar al Abadi, que el lunes recibió el mandato del presidente iraquí Fuad Masum para formar gobierno, tras haber sido elegido por el bloque parlamentario chiita, tiene 30 días para componer uno que incluya a todas las fuerzas políticas del país. Según el presidente estadunidense, Barack Obama, este gabinete debe poder "representar los intereses legítimos de todos los iraquíes y unir al país en la lucha contra el Estado Islámico".

Igualmente, Obama instó a "todos los dirigentes políticos iraquíes a trabajar pacíficamente en los próximos días". Pese a que rechaza ser reemplazado al frente del gobierno iraquí, Maliki, que sigue al frente de las fuerzas militares y de seguridad hasta que Abadi asuma la jefatura del gobierno, pidió el martes a las Fuerzas Armadas de Irak que se mantengan al margen de la crisis política.

Por su parte, el Secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, también advirtió que las fuerzas de seguridad iraquíes no deben intervenir en la crisis política resultante del nombramiento del nuevo primer ministro. En este contexto tenso, las fuerzas especiales, la policía y el ejército estaban desplegadas en masa en la capital Bagdad, en los alrededores de posiciones estratégicas.

En el norte del país, Estados Unidos, cuyas tropas invadieron Irak en 2003 y, tras derrocar a Sadam Husein, permanecieron en el país hasta fines de 2011, volvió a llevar a cabo ataques aéreos contra posiciones yihadistas por quinto día consecutivo, en particular cerca de Sinjar, bastión de la minoría yazidí.

En momentos en que las potencias occidentales procuran intensificar su ayuda a yazidíes y cristianos, un helicóptero que transportaba refugiados yazidíes se estrelló hoy en el norte de Irak, dejando muerto al piloto y herida a una diputada que había ayudado a llamar la atención sobre lo que lo ocurría a esta minoría iraquí.