Por su parte, Grecia ya utilizó una clausula a principios de junio que le permitió regrupar varios pagos y obtener un respiro hasta fines de mes. Después de esta primera etapa, la directora del FMI, Christine Lagarde, dispone en teoría de un mes para informar a la junta de directores que representan a los 188 países miembros de la institución.
Pero no esperará tanto tiempo "dada la visibilidad y la importancia del caso griego", señaló un portavoz del FMI. Esencialmente simbólica, esta notificación no tendrá efecto en las agencias de calificación que han advertido que no consideran a los países en default tras un incidente de pago con una institución pública como el FMI.
Después de tres meses, y tras la presentación formal de una "queja", se podría privar a Grecia de su capacidad de utilizar sus Derechos Especiales de Giro (DEG), la moneda creada por el Fondo en base a una canasta de las principales divisas mundiales.
Si la situación se bloquea, el FMI tiene hasta 15 meses después del incidente inicial para emitir formalmente una "declaración de no cooperación", que puede provocar en los tres meses siguientes la suspensión de los derechos de voto de Atenas dentro de la institución.
Esta decisión tendría sobre todo consecuencias simbólicas pero sellaría el aislamiento del país dentro del FMI. En los siguientes seis meses, dos años después del incumplimiento de pago inicial, podría iniciarse entonces un procedimiento de expulsión del Fondo.
Pero dicho resultado es poco probable: se debe obtener el consentimiento de una mayoría abrumadora de los Estados miembros (85%) y hasta ahora siempre se ha preferido evitar este tipo de situación extrema.
En la historia del FMI, solo un país, Checoslovaquia, fue excluido en la década de 1950. A Zimbabue, Sudán y Somalia, que están en mora desde hace varias décadas, nunca se los ha amenazado con la exclusión, si bien es cierto que los montos involucrados son incomparables con los de Grecia.
Zimbabue, último país en incumplimiento de pago con el FMI en 2001, debe al FMI 101,1 millones de euros. Sólo en 2015, Grecia debe pagar 5.400 millones al FMI.