La producción industrial creció por tercer mes consecutivo, las ventas minoristas aumentaron y la disponibilidad de empleos alcanzó un máximo de seis años, mostraron otros datos el viernes, sumándose a las crecientes señales de que la recuperación en la tercera mayor economía mundial está ganando impulso.

Sin embargo, analistas aún tienen dudas sobre si la inflación se acelerará con la suficiente rapidez como para cumplir con la ambiciosa meta del BOJ, establecida en abril, de alcanzar 2% de inflación dentro de dos años.

"Los precios al consumidor muestran señales de que son impulsados por la debilidad del yen, así que aún estamos viendo a una inflación inducida por el alza de precios", dijo Yasuo Yamamato, economista de Mizuno Research Institute en Tokio.

El índice de precios subyacentes al consumidor, que incluye a los productos del petróleo pero excluye los precios volátiles de los alimentos frescos, subió 1.2% en noviembre respecto al año previo, mostraron el viernes cifras del Gobierno, casi en línea con la estimación promedio del mercado de un avance de 1.1%.

Eso representa el mayor ritmo de crecimiento desde el 1.9% visto en octubre del 2008, cuando un alza de los precios de las materias primas disparó los costos de las importaciones.

En una señal de la mayor inflación, el llamado índice de inflación subyacente central -que excluye los precios de los alimentos y la energía y es similar al índice subyacente que se usa en Estados Unidos- subió 0.6% en noviembre, un segundo mes consecutivo de ganancias y el mayor aumento desde el avance de 0.7% en agosto de 1998.

La producción industrial creció 0.1% en noviembre, menos que la proyección promedio del mercado de una expansión de un 0.4%, aunque los manufactureros consultados por Reuters esperan que la producción siga aumentando en diciembre y enero.

El BOJ lanzó una intensa inyección de estímulo monetario en abril, prometiendo que aceleraría la inflación a un 2% aproximadamente en dos años mediante una agresiva compra de activos, en un país que ha estado estancado en una prolongada deflación.

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El crecimiento económico de Japón se desaceleró en el tercer trimestre debido a la debilidad en las exportaciones, luego de que superó al de sus socios del G7 en la primera mitad del año.

Analistas esperan que la economía se recupere debido a que los consumidores esperan anticiparse al aumento del impuesto a las ventas en abril del próximo año, aunque les preocupan los daños que los mayores tributos podrían provocar a la economía en la segunda mitad del próximo año.

El gobernador del BOJ, Haruhiko Kuroda, ha dicho reiteradamente que los problemas derivados de los mayores impuestos serán temporales y no descarrilarán a la economía de su camino hacia la meta de inflación de un 2 por ciento.

También dijo que los salarios, que apenas han aumentado durante varios años en Japón, deben subir para que el BOJ cumpla su meta de precios y para que el gasto familiar conserve su fortaleza.

En una señal de un mercado laboral más ajustado, la tasa de empleos frente a solicitantes mejoró a 1.00 en noviembre, lo que significa que hay un trabajo disponible por cada persona que busca empleo, desde 0.98 en octubre.

Eso representa la mayor demanda de trabajadores desde que la tasa alcanzó el 1.01 en octubre del 2007, debido a que la demanda por bienes raíces y otros servicios llevó a escasez de mano de obra en algunos sectores no manufactureros.

Las ventas minoristas crecieron 4.0% en noviembre respecto al año anterior, superando la estimación promedio de un avance de 2.9%, en parte debido a la demanda antes de la prevista alza del impuesto a las ventas el próximo año.