Decenas de empresas, desde China, Sudáfrica , EE.UU, Japón y Europa han elegido al país más pobre de la Unión Europea para llevar hasta allí su producción de piezas.

Además de una ubicación atractiva, este país del sureste de Europa cuenta con otros incentivos:

“La carga fiscal para las empresas búlgaras es una de las más bajas de la Unión Europea. Si a eso añadimos la Ley de Promoción para la inversión, las empresas pueden obtener incluso más beneficios, como por ejemplo el reembolso de los pagos de seguridad social de sus trabajadores durante tres años”, asegura Kostadin Djatev, director de la Angencia para la Inversión extranjera
.
El coste laboral medio de un trabajador búlgaro es de 3.40 euros por hora, 7 veces inferior a la media de la Unión Europea y 20 veces por debajo de Suecia. En España, un empleado del sector cobra alrededor de 23 euros la hora.

Según la industria búlgara, las exportaciones en el sector de componentes para auotmóviles se han duplicado hasta 1000 millones de euros en los últimos cinco años, lo que representa alrededor del 4,5 por ciento de las exportaciones totales y el 2,5 por ciento del producto interno bruto del país .

Pero Bulgaria tiene todavía muchos problemas por resolver: La red de carreteras del país es débil, los empresarios se quejan de una burocracia masiva y su sistema educativo no genera todavía suficiente personal de alto nivel.