Este jueves por la mañana descendió hasta 1,2715. Desde el verano de 2012, no había estado en un nivel tan bajo. Draghi manifestó el miércoles a un diario lituano que estaba dispuesto a hacer más para apoyar la recuperación en la eurozona. Inmediatamente después, la moneda única continuó su tendencia descendente.

Desde mayo pasado, el euro ha pedido un nueve por ciento en relación al dólar. Muestra de que las políticas monetarias a ambos lados del Atlántico divergen. Esto favorece las exportaciones europeas y podría también servir para alejar el fantasma de la deflación.