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El 13 de Octubre de 1995, Agustín Basave Benítez era elegido como nuevo presidente de la Fundación Mexicana Cambio XXI Luis Donaldo Colosio, a este día uno de los sectores más emblemáticos del Partido Revolucionario Institucional; es 

muy posible que en ese momento lo último que imaginara es que 20 años después se convertiría en el décimo tercer Presidente Nacional del Sol Azteca y el sexto emanado del tricolor que lidera ese instituto político.

     Pero, su llegada a este nuevo encargo el pasado 7 de Noviembre como hemos venido repasando en diversas entregas, es de características extraordinarias, la nueva encomienda surge de la necesidad de un partido que tal vez juega en él su última carta importante, la de su supervivencia, máxime si la estrategia de Jesús Zambrano y Jesús Ortega colocando a Carlos Navarrete en la presidencia del PRD representó desde su origen un mensaje claro de imposición y junto con lo sucedido en Ayotzinapa en razón de los nexos con el ahora procesado José Luis Abarca, terminó por evidenciar el momento crítico que ese partido vivía, hecho que se tradujo inevitablemente en un éxodo de adeptos hacia Morena.  

     El panorama entonces fue claro, el mal del PRD parece estar en sus mismas entrañas (en sus dirigentes), eso lo condujo a dividirse en tribus hace años, a la renuncia anticipada de Carlos Navarrete y a la decadencia que en este 2015 vive; tal vez por ello, la elección de Agustín Basave percibida como la de un agente externo y ajeno a los manejos del partido se recibe en una primera impresión como positiva, o al menos diferente, aunado a ello, es uno de los pocos o tal vez el único que en los últimos años logró un consenso entre los perredistas, al menos así lo muestran los números en su elección con 295 votos a favor de 304, y su perfil académico y diplomático envían en efecto un mensaje diferente.  

     Sin embargo, precisamente lo particular de su elección abre muchas interrogantes: ¿Gozará de una plena autonomía este nuevo dirigente? ¿Replicará lo que Ricardo Anaya hizo con Gustavo Madero? ¿Seguirá subordinado a través de los compromisos al grupo de “los chuchos” (Nueva Izquierda)? Y si su proyecto fracasa, ¿Entregará el PRD a Andrés Manuel López Obrador? Con quien dicho sea de paso, lleva una relación cordial con el potencial de suscribir alianzas.

     Será el mismo tiempo y la gestión de Basave los factores que nos contesten estas interrogantes, nos resta únicamente  esperar que ese perfil académico sea suficiente en los cabildeos del oficio político, más aun tratándose de los intricados esquemas perredistas, más aun con Beatriz Mojica Morgan en la Secretaria General del Partido, colocada ahí estratégica y específicamente por la corriente saliente de nueva izquierda, como un satélite, como un apéndice, de la fuerza que se resiste a dejar por completo la dirigencia del PRD y que en sigilo espera a convertirse la verdadera tomadora de decisiones en el Sol Azteca, relegando a su nuevo dirigente a la fachada del partido.