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En cuanto al rubro económico se refiere, el presente 2015 ha representado un año turbulento para México, factores externos como el alza del dólar y la caída de los precios internacionales del petróleo, hicieron obligado el plantear desde el primer trimestre, diversas estrategias que le permitieran salir avante en este tópico; la implementación de un presupuesto base cero para 2016, fue una de ellas.

     Ideado como un instrumento que le permitiría al Gobierno Federal replantear la asignación del gasto público desde sus cimientos, el presupuesto a base cero fue concebido con el objetivo de eficientar la asignación de recursos a cada una de las partidas del presupuesto de egresos, justificando, a través de su respectiva revisión, primeramente su existencia, y en seguida, los montos que les deberían ser asignados; terminando de esta manera con una asignación inercial de recursos que año con año tomaba lugar.

     En ese tenor, el 8 de Septiembre pasado, Luis Videgaray Caso titular de la Secretaria de Hacienda, entregó a la Cámara de Diputados la propuesta del paquete económico 2016, mismo que el Ejecutivo Nacional realizó conforme a las directrices que el nuevo modelo descrito en líneas precedentes le había marcado.

     Para el 13 de Noviembre, poco más de dos meses después,  el presupuesto fue analizado y aprobado por la Cámara de Diputados, pero con modificaciones, las cuales lo colocan en 4.7 billones de pesos para el siguiente año, es decir, casi 17, 000 mil millones de pesos más que el propuesta original, beneficiando por ende a sectores que dependen de Secretarias de Estado como: SAGARPA, SCT, SEP y SALUD.

     Sin embargo, una interrogante obligada surge: ¿Prosperó efectivamente la propuesta de base cero para el presupuesto 2016? En un primer plano, las modificaciones realizadas por parte del poder legislativo (a través de la Cámara Menor) y los números que estas arrojan, nos responden que no, por el contrario, hubo un aumento en la asignación de recursos a razón de los primeramente planteados. Pero todo ello, recae en una atribución que el Legislativo posee, a la que en todo momento se estuvo expuesto, y que efectivamente, terminó modificando la  propuesta realizada. Justo en este punto, muchos criterios se detienen y de tajo declaran que la medida aludida, simplemente no prospero.

     En una opinión personal, originada desde una diferente perspectiva, puedo mencionar que el ejercicio de crear un presupuesto diferente para este año a razón de la responsabilidad que los tiempos marcan, si se encuentra presente en lo aprobado por la cámara de Diputados, ya que con independencia de los montos (mismos que reitero fueron modificados a razón de la potestad del poder legislativo), la propuesta enviada por el ejecutivo y sobre la cual se trabajó,  fue construida a razón de este nuevo esquema y en ella hubo efectivamente eliminación de programas y reasignación de recursos, luego entonces, afirmar si el presupuesto base cero prospero o no, sería cuestión de óptica.