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Ahora que está en boga la propuesta de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) que preside Gustavo A. de Hoyos Walther, para fijar el minisalario en 162.35 a 194.68 pesos diarios en 2030, implementando estrategias en las que participen tanto la iniciativa privada, como la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CNSM), y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS); y que tenemos en puerta, (agosto de 2016), las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), sí vale la pena discutir el tema de los salarios.

 Y es que, es cierto lo que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha advertido al respecto, al decir que a su país y a México, los separa un abismo salarial, y que estas “discrepancias”, son realmente significativas para las TLCAN.

No podemos negar que a México nos llegan los inversionistas a traídos por los bajos salarios, y que éste es el momento de hacer algo, para que el salario reconozca verdaderamente la productividad nacional que hemos alcanzado, pues a 20 años de distancia, cuando fue creado este acuerdo comercial, por los gobiernos de George Bush, Carlos Salinas de Gortari, y Brian Mulrone, en los 90’s, las condiciones eran otras.

Aunque tampoco quiero decir, ni que Canadá y los Estados Unidos, o la Coparmex puedan venir a presionar el incremento salarial de los mexicanos, porque de ninguna manera podemos negar los esfuerzos que se han librado al interior del país, en estos últimos años, porque son esfuerzos significativos por mejorar el consumo con mejores salarios; tan sólo a partir de este año, empresarios, trabajadores y gobierno federal, a través del organismo tripartito: Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), acordaron el salario mínimo general de 80.04 pesos diarios, lo que representó un aumento de 3.9%, respecto al ejercicio anterior.

Y es innegable, que de 2015 a la fecha ha habido una recuperación salarial de más del 5%, respecto a la inflación, misma que no podemos menospreciar, porque es producto de mucho trabajo conjunto.

Tan sólo digo, que por simple sentido común y ético, hoy, tanto los salarios como los temas ambientales, son la asuntos vigentes en nuestra sociedad, y por su relevancia, deben ser discutidos tanto al interior del país, como en las renegociaciones comerciales con los vecinos del norte, buscando los mejores efectos positivos en el mercado, ya que no es para menos, la amenaza de volatilidad que representa para el peso mexicano, el endurecimiento de la política monetaria estadounidense.

Entre tanto, vale la pena recordar al lector que la Secretaría de Economía mantiene abiertas las consultas públicas en torno a la modernización del TLCAN, en su página de internet para que los interesados, publiquen sus propuestas, hasta el próximo 26 de julio.