LO BLANCO y LO NEGRO 
Con la finalidad de impulsar el comercio entre los países de América del norte
(Canadá, ESTADOS Unidos y México), se firma en 1993 un acuerdo comercial, mismo que entra en vigor en 1994, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). La principal estrategia fue la eliminación de las barreras arancelarias para de esta forma facilitar el intercambio de bienes y servicios entre los territorios involucrados.
Sin embargo, el actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, desde su campaña electoral hace dos años manifestó su intención dejar el acuerdo, para lo que únicamente debía avisar a los países   restantes, con seis meses de anterioridad.
 
Mucho se ha hablado de las posibles causas por las que el Presidente del país vecino, quiso salir del TLCAN, entre ellas el argumento de pérdida de empleo  para sus connacionales, ya que empresas grandes al encontrar mano de obra barata en México, han optado por construir plantas  productivas en nuestro país; otra causa es que según el presidente Trump, Estados Unidos paga  más impuestos mientras las compañías mexicanas no hacen lo propio; y por último la supuesta desventaja de Estaos Unidos, al seguir formando parte de cualquier tratado, lo cual provoco una nueva negociación comercial y arrojo lo que hoy conocemos como el TMEC, mismo que ha iniciado su proceso de ratificación antes sus respectivos poderes legislativo de Canadá, Estados Unidos y México, en este 2019.
En mayo de 2018, el presidente Trump hizo público la imposición de aranceles a las importaciones de acero y aluminio del 25 y 10% respectivamente; a lo cual México respondió con la imposición arancelaria de 15 y 25% a productos de acero y algunos bienes agrícolas.
Actualmente y bajo el argumento del problema migratorio de los países latinoamericanos que buscan llegar a Estados Unidos a través de México, el presidente Trump, nuevamente amenazó con imponer aranceles de 5% ahora a todos los productos que se importen desde México.
Si bien es cierto el problema migratorio es latente en la actualidad, también lo es que no es factor clave del manejo de la economía en Estados Unidos, si, México de inmediato representó una alza en el precio del dólar, pero realmente quien podría “perder más” sería el propio presidente Trump, ya que al final afectaría la propia economía de los consumidores estadounidenses quienes tendrían que pagar más por un producto, además de perturbar a los Estados que en mayor medida tienen como actividad económica la agricultura y son éstos precisamente quienes se consideran base electoral del presidente y estarían afectando la posible búsqueda de su reelección
Es preciso analizar profundamente la posible negociación respecto a este nuevo mensaje arancelario el gobierno debe ser cauteloso e inteligente al momento de defender la postura de nuestro país sin que evidentemente se de pauta a la pérdida de la soberanía.