A  la par que se combate en el mundo la Pandemia por el COVID 19, se libra otra guerra comercial de primer nivel y es la del petróleo, que  inicio

 abiertamente principios de marzo cuando la OPEP y Arabia Saudita propusieron una reducción de 1 millón y medio de barriles de petróleo al día para mantener el precio más estable, lo cual fue rechazado por Rusia, y tiene en una severa crisis el precio del energético, el cual para la economía mexicana está representado perdidas incontables hasta el momento. Para ponerlo claro, la Cámara de Diputados Federal proyectó que el barril costaría en el 2020 49 dólares, precio que hoy está muy lejos de la cifra, ya que hay días que ha estado hasta 12 dólares, un dólar por debajo de lo que cuesta su extracción, es decir, no sale ni para los gastos de PEMEX, y desafortunadamente para nuestro país, es un tema que esta fuera de sus manos.
Venezuela es productor de petróleo, y los que saben del tema refieren, que tiene las más grandes reservas petroleras del mundo, 309.000 millones de barriles, de acuerdo información estadística áreas especializadas, de aquí la importancia estratégica que tiene para Rusia, quien ha respaldado al gobierno “chavista”, desde la época de Hugo Chávez y continua con Nicolás Maduro, por quien no ha tenido duda en decir por medios diplomáticas que lo va a respaldar, en contra parte el gobierno Norteamericano, viene apoyando abiertamente Juan Guaido a quien reconoce como Presidente de este país, al grado de invitarlos Donald Trump, “al Informe del estado de guarda la Nación” donde ante Republicanos y Demócratas le reconoció su valor, y todos los asistentes le aplaudieron.
La administración Trump, que está en plena pre campaña electoral para buscar la reelección del actual mandatario, debe enviar al electorado y al mundo señales de fortaleza, por eso no es extrañar que haya dado a conocer que Nicolás Maduro tiene orden de aprehensión por su presunta participación en delitos de “Narcoterrorismo” se ha filtrado en medios de comunicación que la DEA (Administración para el Control de Drogas, por sus siglas en inglés) se hicieron pasar por integrantes de la facción del cártel de Sinaloa para engañar a traficantes liderados por el presidente de Venezuela. Así lo relata la acusación S2 11 Cr. 205 (AKH) por narcotráfico en contra de Maduro, que también incluye a otros funcionarios o ex funcionarios del régimen. Juicio que tendrá además de las evidencias que el Departamento de Justicia dice ir recabando durante ya varios años a un “testigo protegido” Rafael Isea, quien fue del primer círculo del gobierno.
Me queda claro que atrás de estas acusaciones, ciertas o falsas, el factor del petróleo venezolano está presente, por el bien de esa Nación que las cosas se hagan conforme a la ley y que este pueblo sudamericano recupere su democracia y gobernabilidad plenos.