Con la alternancia política, en el año 2000, el ciclo del Partido Revolucionario Institucional, concluyó como Partido hegemónico, y arribo al Poder ejecutivo el panista Vicente Fox Quesada, con lo que el tema de la inseguridad en esos seis años comenzó a sentar sus reales en muchas partes del país, con la

continuidad de los azules, ahora con Felipe Calderón Hinojosa quien en una controvertida elección frente a Andrés Manuel López Obrador, declaró la “ Guerra al narco” al poco tiempo de asumir el poder en aquel 2006, e inició una muy severa descomposición de las policías en los tres ámbitos de gobierno, que en ese momento se llegó a considerar el más sangriento de la historia.

Nos faltaba ver cómo las cosas se descompusieron aún más durante la administración del Presidente Enrique Peña Nieto, quien no logró concretar la Gendarmería Nacional, y los índices de homicidios y desapariciones en México, no sólo no disminuyeron sino se incrementaron, es decir 18 años de permanente guerra entre grupos de la delincuencias organizada y de los diversas corporaciones policíacas y las fuerzas armadas contra los primeros, por lo que literalmente en muchas regiones del país, son cementerios de historias de terror.

A casi 32 meses de gestión al frente del Gobierno de México del Presidente Andrés Manuel López Obrador, los compromisos no se han cumplido en la materia, si bien haya avances como retomar la Secretaría de Seguridad que existió en los gobiernos panistas, no se han constituido las 266 coordinaciones que ofreció y el primer Secretario que tuvo la dependencia Alfonso Durazo Montaño, renunció para lanzarse a la gubernatura de Sonora de la cual es actualmente gobernador electo.

Si bien es cierto, que todos los expresidentes, como el actual titular del Ejecutivo Federal han dicho que se debe combatir de raíz las razones que llevan a jóvenes y adultos a enrolarse en la delincuencia organizada, en el fondo los hechos nos muestran que el problema es mucho más complejo, toda vez que involucra a la familia, quien te inculca principios y valores, entre ellos el respeto a la autoridad y el amor a  México, otro de los rubros es la falsa realidad que se ha creado el acceso al dinero fácil y finalmente el desempleo con los salario sumamente bajos, hacen que haya un caldo de cultivo para la delincuencia.