México, 30 de junio 2022.- México no puede seguir tolerando el drama de los feminicidios y de que 11 mujeres al día sean

asesinadas, asegura el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar.

A seis meses de que finalice su presidencia en el Poder Judicial, el ministro sostiene que es importante que en el país se haga una reflexión colectiva y se tome en serio este flagelo, cuyo origen se encuentra en la permanencia de una cultura machista, que se multiplica ante la inexistencia de investigaciones y deriva en impunidad para los perpetradores.

“La mayoría de los feminicidios no se investigan, cuando se investigan, se investigan mal. Cuando son casos mediáticos, además, se revictimiza a las víctimas… Los feminicidas no nacen de un día para otro, son parte de una sociedad que ve a las mujeres como secundarias, desechables, como si no fueran seres humanos”, dice el ministro.

Explica que con la intención de generar “un cambio de cultura, una reflexión colectiva que nos permita avanzar hacia modificar este estado de cosas”, la Suprema Corte de Justicia produjo una serie documental que ayer fue lanzada en televisión abierta y busca “conmover a la opinión pública y provocar un debate, una reflexión sobre este drama de los feminicidios en México”.

Al hacer un balance de su presidencia, asegura que entregará un Poder Judicial “con un cambio de 180 grados” en relación al que recibió y dice que sus detractores y quienes sostienen que el Poder Judicial está sometido deben remitirse a las sentencias que ha dictado la Corte en estos tres años y medio, pues “nunca en la historia del Poder Judicial federal se habían dictado tantas sentencias en contra de las políticas de gobierno y de un presidente, como ahora. Quienes dicen que no hay independencia lo hacen con una intencionalidad política. Hoy me queda claro que mienten sabiendo que mienten”, señala.

Cauto ante el proceso de sucesión que se vive al interior del Máximo Tribunal, el ministro Zaldívar se niega a opinar si le gustaría que su silla fuera ocupada desde enero de 2023 por una mujer.

-PREGUNTA: ¿Qué le dice un país con una cifra promedio de más de mil feminicidios al año?

-RESPUESTA: El drama de los feminicidios, alrededor de 11 mujeres al día que son privadas de la vida, me parece algo extraordinariamente grave y que este país no debe seguir tolerando. Es importante que hagamos una reflexión colectiva, que tomemos muy en serio esta situación y que sociedad y autoridades en conjunto, empecemos hacia un camino que encontremos soluciones.

Hay que tener muy claro que la mayoría de los feminicidios son delitos locales. Entonces tenemos que voltear la mirada hacia los estados para generar medidas de prevención adecuadas y adicionalmente investigaciones eficientes. Si no se previene y no se investiga se genera impunidad y la impunidad es el caldo de cultivo de la delincuencia.

-P: ¿Y qué dice de la procuración de justicia en el país?

-R: Si bien tienen que hacerlo las procuradurías, las fiscalías, los peritos, algo nos dice que no se está haciendo bien por el nivel de impunidad que hay. Derivado de la serie Caníbal: Indignación total, que produjo la Corte, nos damos cuenta que uno de los problemas más serios para combatir este flagelo es que la mayoría de feminicidios no se investiga, cuando se investigan se investigan mal, cuando son casos mediáticos se revictimiza a las víctimas. En muchos casos se trata de responsabilizar a las mujeres... Hace falta investigar adecuadamente, con seriedad y con profesionalismo los feminicidios.

En este país, lamentablemente en muchos municipios, si se es mujer y se es pobre, te pueden desaparecer y matar y nadie te va a buscar. Ese es el drama de los feminicidios. Entonces, la solución está en prevenir. Hay muchos lugares donde se sabe que desaparecen las mujeres y cuando suceden investigarlas con profesionalismo para detener y sancionar a los responsables.

-P: ¿Cuánto influye la pobreza en la violencia contra las mujeres?

-R: Lamentablemente, la mayoría de las mujeres y niñas que sufren feminicidios son pobres. Como siempre, las personas más pobres, no sólo de nuestro país, sino en el mundo, son las que sufren las mayores consecuencias. A las niñas y mujeres pobres cuando desaparecen nadie las busca.

Este caso de la serie que estamos presentando es de una persona que durante 31 años estuvo matando mujeres a las cuales nadie buscó. Este feminicida cae porque la familia de su última víctima lo localiza, de otra manera seguiría matando mujeres impunemente. Por supuesto que las mujeres en situación de mayor pobreza están más vulnerables a este tipo de delitos y de violencia de género.

-P: El feminicidio es la consecuencia final de la violencia y agresión contra las mujeres, pero hemos visto en últimos años la brutalidad con la que se dan ataques contra las mujeres, lanzando ácido sobre sus cuerpos, mujeres brutalmente golpeadas hasta la muerte, esto también es parte de una sociedad que tiene algo que ver en esto, ¿no lo cree así?

-R: Lo primero que tenemos que ver es que el origen de todo esto es una cultura machista, en la cual se educa a los hombres en el sentido de que las mujeres son inferiores, que pueden ser disponibles para ellos, que las pueden tratar como quieran, que están para servirlos y de ahí viene un tema donde se pueden hacer chistes, insinuaciones, donde se puede acosar, se puede tocar, se puede violentar, se puede violar y eventualmente matar.

-P: ¿Considera que hay una discriminación estructural? Incluso, usted ha dicho que en esta sociedad se hace ver a las mujeres como “desechables”.

-R: Por supuesto que hay una cultura machista y desigualdades culturales en las cuales las mujeres no tienen el piso parejo. No lo tienen en la familia, en la escuela, en la academia, los deportes, en la vida profesional, en la vida política, en la misma vida de las mujeres en prisión. El drama de las mujeres en prisión es muy diferente al que viven los hombres.

Por supuesto que hay desigualdades estructurales que tenemos que ir revirtiendo para alcanzar la igualdad sustantiva entre el hombre y la mujer. Esto es un problema muy complejo, pero sobre el cual yo he venido insistiendo mucho durante años: la necesidad de igualar la cancha.

Tenemos que generar un ambiente de mayor igualdad en todos los ámbitos de la sociedad. Tenemos, como sociedad, que hacer un esfuerzo conjunto en todos los ámbitos porque los feminicidas no nacen de un día para otro, son parte de una sociedad que ve en muchas ocasiones a las mujeres como secundarias, como desechables, como si no fueran seres humanos que merecen todo el respeto a su dignidad.

-P: ¿Por qué la Suprema Corte ha considerado pertinente dar este mensaje a través de una serie?

R: Debemos recordar que esta serie la insertamos en una tradición de la Corte de usar el arte para denunciar injusticias. En el siglo pasado, en la década de los 40, los murales de José Clemente Orozco denunciaron la injusticia social, la explotación, la corrupción. Recientemente, el mural de Cauduro denuncia los grandes problemas de la justicia en México, los expedientes archivados como si no tuvieran seres humanos atrás, las violaciones, los feminicidios, la tortura, los secuestros, la represión del Estado. Todo eso está aquí en la Corte.

Y hoy no lo hacemos a través de un mural, lo hacemos a través de una serie documental, de denunciar una serie de injusticias que no debemos tolerar, pero también con la idea de generar un cambio de cultura, una reflexión colectiva que nos permita avanzar hacia modificar este estado de cosas que me parece que no podemos seguir soportando….

-P: ¿Qué se descompuso en estos años que estamos viendo casos tan brutales? ¿O es que ahora los medios están más atentos?

-R: Desde 2006 la convivencia entre las y los mexicanos se fue deteriorando mucho por una serie de medidas que se tomaron, sobre las cuales yo en este momento no quisiera opinar porque se puede pensar que estamos tratando de golpear a algunos actores políticos del pasado. Esa no es la intención, tenemos que enfocarnos al presente.

Creo que es un proceso muy complejo que se fue descomponiendo y dentro de ese proceso, quienes salen más lastimadas siempre son las mujeres y los pobres. Estos dos sectores de vulnerabilidad me parece que se han visto muy afectados por la delincuencia, pero particularmente, la violencia se ha hecho cada vez más fuerte contra las mujeres.

No es un fenómeno sólo de México, es un fenómeno que vemos en muchas partes del mundo. Quizás la mecánica social, las redes, el familiarizarnos con la violencia que hay en las redes, en los videojuegos, además de esta cultura machista. Creo que el origen de todo es la cultura machista.

Lo primero es visibilizar el problema, saber que ahí está. Los feminicidios no pueden ser parte del paisaje; no podemos normalizar la violencia.
Se dio la noticia en muchos medios de que había un feminicida serial que mató mujeres durante 31 años, a nadie le escandalizó y esto es extraordinariamente grave; estamos normalizando la violencia. Tenemos que revertir esto, tenemos que recuperar nuestra capacidad de indignación. Por eso la serie se llama Caníbal: Indignación total.

-P: Este año termina su presidencia en la Corte, ¿cuál será su legado?

R: Hasta este momento, porque todavía me quedan seis meses, yo he transformado el Poder Judicial federal. Mi equipo y yo vamos a dejar un nuevo Poder Judicial federal en muchos sectores.

Tenemos una reforma constitucional y legal. Una reforma judicial que nos ha permitido combatir la corrupción, el nepotismo como nunca se haya hecho; combatir el acoso sexual.

Tenemos una agenda de género en que hemos igualado la cancha. Nunca se ha nombrado tantas juezas y magistradas como ahora. Hemos hecho concursos exclusivos para jueces de distrito, para magistradas de circuito, y los que no han sido exclusivos han sido siempre paritarios. Hemos generado licencias de paternidad iguales a las de la mujer. Hemos ampliado las licencias de lactancia; hemos generado una perspectiva de género.

Hoy en la carrera judicial, y cabe destacar que por primera vez hay una carrera judicial en todos los cargos del Poder Judicial, es obligatorio un curso básico de género. Hoy el Poder Judicial ve las cosas bajo el prisma de la igualdad de género.

Los resultados ahí están y es un nuevo Poder Judicial. Mis detractores, los que no saben hacer sino insultos y descalificaciones, no se toman la molestia de revisar esto, porque es más fácil insultar, pero afortunadamente los bots no generan democracia y los insultos dicen más de quien los emite, que de quien los recibe.

Yo me iré satisfecho. No hemos terminado, faltan algunos meses donde seguiremos haciendo cosas interesantes, pero creo con toda honestidad y sin arrogancia, que hoy es un Poder Judicial 180 grados distinto al que yo recibí, y lo puedo demostrar con datos duros, no son palabras.

-P: ¿Y hacia afuera, ministro? Hablando de la división de poderes, tenemos un Presidente que llegó con un gran capital político, ¿cómo ha sido la división de poderes?

-R: Mi relación con el presidente (Andrés Manuel López Obrador) ha sido cordial, respetuosa y afectuosa. Él ha sido muy respetuoso de las decisiones que se toman desde el Poder Judicial federal y a quienes dicen que el Poder Judicial está sometido y que no es independiente yo los remito a las sentencias que ha dictado esta Corte y a las sentencias que han dictado las juezas y jueces federales estos tres años y medio. Nunca en la historia del Poder Judicial federal se habían dictado tantas sentencias en contra de las políticas de gobierno y de un Presidente como ahora.

¿Díganme ustedes una sola política relevante o prioritaria que la Corte haya echado atrás de un Presidente anterior a López Obrador? Díganme una.

Y hoy que la Corte y los jueces resuelven en contra del Presidente, resulta que no hay independencia. Quienes dicen que no hay independencia lo hacen con una intencionalidad política. Hoy me queda claro que mienten sabiendo que mienten. Descalifican sabiendo que están faltando a la verdad. Yo me remito a los hechos, ahí están las sentencias.

-P: ¿Usted cómo vería que el próximo año lo sucediera una mujer en la presidencia?

-R: Por razones obvias, si yo contesto esta pregunta estaría decantándome y creo que es algo que no debo hacer. Debo mantener la neutralidad en estos seis meses, precisamente para que pueda haber gobernabilidad y buen ambiente en la Corte. Yo no podría en este momento contestar porque sería claro que mi respuesta tendría nombre y apellido.