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El diputado federal del PRD, Carlos Augusto Morales López, señaló que como resultado de una política energética dirigida a utilizar la renta operativa de Pemex para financiar el presupuesto de egresos y el déficit fiscal, las posibilidades de reinvertir esas utilidades se han reducido significativamente, por lo que el organismo presenta afectaciones negativas en la exploración y explotación de nuevos yacimientos de hidrocarburos, en el aumento de los volúmenes de producción, en el proceso de transformación y en los propios ingresos que son reflejo de menores incrementos de las ventas.

 En conferencia de prensa dijo que, quienes ahora salen con la propuesta de privatizar Pemex, son los mismos que la tuvieron en sus manos durante 10 años para evitar que la paraestatal se encuentre en la crisis que ahora vive, “ya vimos por qué no lo hicieron, pues la quieren vender y no hicieron la inversión que debían”.

 Como ejemplo explicó que en 2011, de una muestra de once empresas petroleras, entre las que figuran las más grandes en el mercado mundial por su tamaño de activos, mostraron un incremento de sus ingresos totales de 25.4%, destacaron por su elevado crecimiento Exxon Mobil, Royal Dutch Shell, BP, Chevron, Conoco Phillips y Petrochina.

 Estas empresas fueron favorecidas por un mejor entorno económico internacional que benefició el incremento de los precios del crudo y la mayor demanda del energético, mientras que Petróleos Mexicanos junto con la española Repsol YPF experimentaron menores ventas y en el caso de PEMEX, utilidades netas negativas.

 Es evidente que los ingresos generados para cubrir el costo fiscal de Pemex, que ascendió a 52.9 miles de millones de dólares en 2011, detonaron las pérdidas netas de la paraestatal por poco más de 6.5 miles millones de dólares, cuando ninguna de las empresas de la muestra reportaron pérdidas en este ejercicio fiscal.

 Pemex, con un régimen fiscal equivalente al del promedio de las empresas de la muestra, podría haber generado una utilidad neta de 23 mil millones de dólares, muy similar a la registrada por las grandes petroleras, lo que sería de gran beneficio para fortalecer el débil capital de la empresa, resarcir el elevado pasivo generado por los PIDIREGAS  e incrementar sensiblemente los niveles de inversión en proyectos estratégicos de exploración de nuevos yacimientos para incrementar las mermadas reservas de hidrocarburos.

 Es decir, que si los excedentes petroleros se hubieran invertido, no hubiera sido necesario subir impuestos, incrementar regímenes de obtención de recursos para Pemex, ni mover las tasas impositivas que hoy existen.

 Al analizar la situación particular de Pemex, se puede observar que con base en el estado de resultados, la paraestatal es una empresa altamente rentable con rendimientos de operación crecientes. En 2012, Pemex registró ventas por 1.6 billones de pesos, que descontando los costos y gastos generales, tuvo un rendimiento antes de impuestos de 905 mil millones de pesos, esto es, una cantidad equivalente a 1.1 veces lo que se recauda de todo el régimen de impuestos a la renta (ISR, IETU, IDE) o a 1.6 veces lo que se recauda del Impuesto al Valor Agregado.

 No obstante, en ese ejercicio Pemex pagó al Gobierno Federal impuestos, derechos y aprovechamientos por un monto de 903 mil millones de pesos, que sumados a los costos y gastos, generaron un rendimiento neto negativo, situación que ha venido registrándose sistemáticamente año con año.

 Se trata de ingresos que no estaban previstos obtener, ingresos adicionales al presupuesto y que, sin embargo, no pudieron ser aprovechados adecuadamente por las administraciones panistas, pues paradójicamente, fueron administraciones que con más recursos se tuvo menos crecimiento económico que en otros periodos. Recuérdese que en el sexenio calderonista, la economía apenas creció 1.9% promedio anual, la segunda tasa promedio más baja en el último siglo.

 De acuerdo con datos de Pemex, los costos de una obra de la magnitud de una refinería son del orden de entre los 7 y los 9 mil millones de dólares (para procesar 250 mil barriles diarios de petróleo), esto es, entre los 91 mil y los 117 mil millones de pesos, entonces sobre la base de las cifras comentadas podríamos concluir que los ingresos excedentes que obtuvo México en los últimos diez años habrían alcanzado para construir casi 17 refinerías en el país.