Manzanillo, México, 19 de junio de 2025 ::: La crisis por la falta de capacidad en la aduana de Manzanillo

otra vez se postergó y los importadores y transportistas son de los más afectados, ya que han visto incrementados sus costos de operación entre 20% y 30 por ciento.

De acuerdo con los importadores, desde la llegada de la actual administración federal aumentaron las revisiones y la aplicación de los Procedimientos Administrativos en Materia Aduanera (PAMA).

Los PAMA consisten en el levantamiento de un acta y el embargo precautorio de bienes contra importadores, exportadores o agentes aduanales cuando la autoridad considera que han incumplido trámites, el pago de impuestos o han presentado documentación falsa o con errores.

Además de los PAMA, cada vez son más frecuentes los “semáforos en rojo” que se aplican a los contenedores. Cuando a uno le toca, debe pasar a una segunda revisión que tarda de dos a tres días, ya que no hay suficiente personal.

“Ahora nos revisan más y están saturados, tienen contenedores desde hace meses”, criticó Claudia Flores, una importadora de mercancías. “Antes, en un día u horas te entregaban el contenedor”.

De acuerdo con esta importadora, la tardanza provoca un incremento en los gastos de operación. “Todo eso cuesta. Nos cobran por día, por la estancia del contenedor… y los días libres que tenemos se agotan”.

La acumulación de contenedores también está provocando que algunos barcos que pretendían llegar a Manzanillo para descargar tengan que desviarse a otros puertos, como Lázaro Cárdenas. Eso también aumentó los costos.

Importadores y transportistas lamentan que el puerto esté trabajando al 60% de su capacidad y que no haya retomado la normalidad desde el pasado 12 de mayo, cuando ocurrió un paro de labores en la aduana de Manzanillo.

“Todavía siguen complicados, no acaban de organizarse las operaciones y se nos está dificultando poder ingresar a cargar en tiempo y forma”, explicó Jorge Montúfar Galindo, delegado de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga en Manzanillo. Detalló que actualmente cargar una unidad tarda en promedio 12 horas, mientras que anteriormente eran cinco horas como máximo, desde que hacían fila hasta que los liberaban. “Ahora, si el semáforo sale en rojo, se va a una sección para una segunda revisión y ahí se tardan hasta dos o tres días en liberar el contenedor”.

Esta tardanza está generando costos adicionales. “A nuestros clientes también les pega porque el puerto no perdona el almacenaje, no perdona maniobras; si no entramos a cargar un contenedor o si entramos y nos tardamos, el importador sigue pagando sus contribuciones”.

Adicionalmente, las empresas transportistas gastan en tiempo, diésel y viáticos.

“Obviamente que, además de la temperatura que hace en Manzanillo, tenemos que pagar viáticos, alimentos y estadía de los camiones ante el retraso. Algunos no han podido impactarlo al cliente, pero tarde que temprano vamos a tener que incrementar los costos”, aseguró Diego Javier Bolio Corona, delegado de la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos en Jalisco.

Debido a esta situación, muchas empresas transportistas están optando por no tomar fletes en el puerto de Manzanillo, por incosteables. “Hay empresas que ahorita no están mandando camiones porque, al final de cuentas, tener los equipos parados no es costeable”.

Se prevé que las operaciones en el puerto se normalicen en cuatro semanas. Mientras tanto, importadores, transportistas, choferes y todos los integrantes de la cadena logística tendrán que armarse de paciencia.