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Manifestaron que es muy probable que entre otros fenómenos el aumento en los precios de los productos básicos, sobre todo del tomate, el huevo y el pollo, se deba a la intermediación en la cadena productiva en todo el país.

También señalaron que “damos la bienvenida al titular de la PROFECO Alfredo Castillo Cervantes. Porque aún quedan pendientes los incrementos en la carne de res y de puerco”.

En otro orden de ideas, indicaron que reconocen la decisión tomada por el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto de eliminar los aranceles al limón y el tomate verde, así como permitir el cupo de importación de 300 mil toneladas de pollo.

Con el sólo anuncio de la medida y a tres semanas de que la Canacope  hiciera del dominio público los incrementos en los costos de los productos básicos de hasta del 400 por ciento, el precio del tomate ha pasado de 32 a 12 pesos y aunque, el de la carne de pollo, en su modalidad de pechuga, se sigue manteniendo a 62 pesos el kilo, el del limón entre 10 y 12 pesos y el huevo entre los 30 pesos, todos estos precios obtenidos por los comerciantes en la Central de Abastos, es claro que los precios de estos productos tienden a disminuir.

La baja en el costo del tomate verde, así como en otros productos básicos, son un alivio para el comerciante en pequeño y las amas de casa, quienes al ser consumidoras finales de estas mercancías y último eslabón de la cadena, estuvieron absorbiendo los incrementos durante los meses pasados.

El comercio, los servicios y el turismo demandan de la urgente modernización de la PROFECO, institución creada a mediados de los años setentas del siglo pasado y que ahora, además de la llegada de un nuevo Procurador, necesita de la renovación de su vocación de servicio que debe prestar a todos los sectores involucrados en la comercialización de mercancía, así como la prestación de servicios, agregaron.

Indicaron que “no basta salir mediáticamente a anunciar sanciones a los comerciantes, cuando no se hizo la tarea de verificar, supervisar y revisar los precios generados en otras partes de la cadena de comercialización”.

Además de lo señalado, nuestro sector considera que existen tres pendientes urgentes que atender: la verificación e inmovilización de productos que no cumplen con la Norma Oficial Mexicana, no solo debe realizarse en el comercio formalmente establecido.

Es urgente que la Procuraduría actué en la inmovilización de mercancías ilegales que no cumplen con la NOM en el comercio informal, acción que de realizarse beneficiarían desde, al gran productor hasta el pequeño comercio y el consumidor final.

En este sentido, aunque no es la tarea principal de la PROFECO, si debe ayudar a la incorporación del comercio ambulante a la formalidad. La PROFECO debe buscar las soluciones necesarias para estabilizar los precios antes de que se presenten los escandalosos incrementos, que tanto afectan a los consumidores. Soluciones y no culpables, es lo que nuestra cadena productiva y de consumo necesita.

De asumir esta labor de acompañamiento y prevención, los principales beneficiados serán los pequeños comerciantes así como los consumidores finales y el poder legislativo tiene la tarea de revisar el marco jurídico que rige a la Procuraduría.

Tanto en la Ley Federal de Protección al Consumidor como en la Ley Federal de Competencia Económica, prevalecen conceptos como: “sujetarse a precios”, “fijar precios” o “precios máximos”, que evocan a aquél nefasto concepto de “precios fijos” que ya no existe, que no debe regresar y que causó tanto daño a nuestra economía en décadas pasadas.

Respecto a los incrementos en los precios de productos básicos, “nuestra institución quiere pedir a nuestras autoridades federales, que la medida anunciada no sea un paliativo de emergencia ante los reclamos ciudadanos, sino el inicio de políticas públicas consistentes y sólidas que permita la estabilización de los precios, impulsar la producción, combatir eficientemente la especulación, mejorar el almacenamiento y abasto y, atender oportuna”, manifestaron.

Finalmente, advirtieron que sobre la mesa están aún los incrementos que se dieron en otros productos que son básicos para la alimentación familiar, como  las carnes de res y de puerco. El kilo de bistec de res, que el año pasado era 90 pesos hoy se comercializa, en promedio a 110 pesos, lo que representa un incremento de 22 por ciento; la carne de puerco, en su modalidad de bistec, se comercializó a 58 pesos, hoy su precio está en  70 pesos por kilo, lo que representa el incremento de 20 por ciento en promedio. Por último debemos decir que el control de los focos rojos en la economía es factor necesario para generar la estabilidad que necesitamos como país.