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La banca en México se encuentra en una zona de confort, pues gana sin prestar, cobra lo que quiere, incluso se da el lujo de soportar financieramente a sus hermanos en desgracia en las naciones europeas vía la trasferencia de utilidades, afirmó Consultores Internacionales S.C. (CISC).

“Hay que poner orden y verdaderamente dotar de eficiencia al sistema de intermediación financiera, todos los sectores juegan un papel importante, pero la banca junto con los empresarios, están a la cabeza, subrayó.

 

La empresa de consultoría consideró que la propuesta de reforma financiera que recién se presentó adquiere una importancia vital, pues sin ella no habrá forma de que el sector productivo se recupere.

 

En el análisis titulado “La banca, propulsor de la economía”, la firma señaló que la banca en México está sana, capitalizada, con ganancias, pero que no presta, al menos de manera correcta.

Refirió que el crédito que otorga la banca comercial mexicana en relación al PIB se ubicó en 26.1 por ciento en 2011, mientras que en otras economías en desarrollo como China y Brasil los porcentajes fueron de 127.37 y 61.39 por ciento, respectivamente.

 

Al revisar la forma en que se distribuye el crédito de la banca comercial en el país, comentó que durante los últimos años casi todos los sectores productivos han visto disminuida su participación dentro de la cartera de créditos de la banca.

 

CISC expuso que entre 2000 y 2012 se tiene que el crédito al sector primario pasó de 5.1 a 2.2 por ciento; el del sector industrial de 26.8 a 24.7 por ciento; el del sector servicios de 32.5 a 25.8 por ciento; y el correspondiente al crédito a la vivienda de 29.3 a 20.1 por ciento.

 

A su vez, añadió, los créditos al consumo se han incrementado de 6.3 por ciento en 2000 a 27.1 por ciento en 2012, pues a este sector ávido de tener crédito vía las tarjetas y el crédito automotriz se le pueden cargar altos intereses, por el alto riesgo que representan, pero que cuyas ganancias superan el proceso de cobro vía la venta de la cartera.

 

Destacó que uno de los objetivos de la reforma financiera es que los ciudadanos y las pequeñas y medianas empresas (Pymes) tengan acceso a mejores créditos y más baratos, con el fin de que puedan, desde adquirir una vivienda, hasta poner en marcha negocios que generen más empleos.

 

La consultora comentó que en México 15 por ciento de los créditos al sector privado se destinan a las Pymes, debido en gran parte a lo difícil que les es acceder por lo excesivo de los requisitos.

 

Apuntó que las pequeñas empresas tienen que recurrir a los ya tradicionales canales de crédito que son los proveedores, lo que por supuesto genera una cadena de restricciones en los flujos de efectivo con efectos multiplicadores negativos.