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El bienestar de la población es el principal objetivo hacia donde deben converger todas las reformas estructurales que en la actualidad se analizan y discuten, consideró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

En su reporte semanal “Análisis económico ejecutivo”, destaca que llegar a un entorno de este tipo implicaría haber logrado avances importantes en temas como educación, salud, seguridad y Estado de derecho.

El organismo de investigación del sector privado subraya que tan necesaria es una reforma fiscal como una energética, pero aún más lo es una reingeniería del gasto público del país.

Señala que Petróleos Mexicanos (Pemex) ha sido durante muchos años una importante fuente de recursos para el gobierno federal, pero hasta ahora el Estado mexicano, como representante de la sociedad utilizando los recursos del país, no los ha maximizado.

La eficiencia de la asignación del gasto se puede ver a través del efecto que tienen las transferencias de recursos en el bienestar de los hogares.

Si bien, continúa, los resultados recientes señalan un beneficio, este es marginal a diferencia de lo que pasa en otros países en donde una vez asignadas las transferencias, el índice de Gini, que mide el nivel de bienestar, mejora significativamente, efecto que en el país no es tan claro.

Estima que si en 2012 la renta petrolera se hubiera asignado de manera directa a los hogares, el ingreso trimestral de éstos habría aumentado en poco más de nueve mil pesos, lo que hubiera representado para el primer decil de hogares -el de menores ingresos- una mejora de casi 150 por ciento en sus percepciones.

“Evidentemente en este entorno será de suma importancia la planeación y rendición de cuentas si se quiere lograr un país con tasas de crecimiento elevadas que redunden en un mejor nivel de vida de la población en el mediano y largo plazos”.

Sin embargo, acota, hasta ahora los intentos de mejora en el país no han tenido resultados muy favorables, pues diversos indicadores internacionales sobre el nivel de bienestar colocan a México en lugares significativamente bajos en las tablas de clasificación.

Refiere que el índice de Desarrollo Humano que elabora el Banco Mundial, si bien ubica a México en el segmento de países con desarrollo humano alto, ocupa el lugar 61 de una muestra de 180 países.

Menciona que la OCDE ubica también a México en el penúltimo lugar de la calificación en el índice de calidad de vida, y al interior del indicador general, ocupa el último lugar en los temas de educación y seguridad y muy cerca del final de la tabla en materia de salud.