Tres años de la 4T

A LOS PEJELOVERS…:

"Más vale perder por la verdad que triunfar por la mentira"

Gandhi

Lo último que esperábamos cuando Andrés Manuel López Obrador anunció un cambio de régimen para el país era que las Fuerzas Armadas fueran convertidas en el recurso más constante para gobernar y que se les dotara de tanto poder y responsabilidades económicas.            Lamentablemente, la primera función extraordinaria que les fue asignada no ha sido  cumplida: el abatimiento de la inseguridad.

Aun cuando la percepción sobre la inseguridad bajó de 2018 a la fecha, al caer de 74 a 65 por ciento -según el INEGI-, les cuento que 38 por ciento de la población “refirió haber visto o escuchado disparos frecuentes con armas en los alrededores de su vivienda”. ¡Mal, muy mal, caray..!

En lo económico, la eliminación de condonaciones a grandes corporativos ha sido un acierto, pero por lo demás la 4T nos queda a deber. En 2019, el crecimiento económico fue de cero por ciento y no había pandemia. Para 2021 tendremos un crecimiento de 6.4 por ciento, pero México viene de una caída de -8.7 por ciento. Si sumamos la diferencia entre ambas cifras y se compara con el de 2018, resulta que nos faltan 4.3 puntos para llegar al nivel donde nos dejó el gobierno de Peña Nieto

Aun cuando ya se recuperan los empleos, el 41 por ciento de la población no puede adquirir los nutrimentos que integran la canasta básica. O sea que seguimos en la olla… semivacía.

En los dos últimos años se fugaron del país unos 506 mil millones de pesos ante la incertidumbre generada por la intención presidencial de modificar unilateralmente sectores clave como el energético, a través de leyes intransitables o invirtiendo montos descomunales en PEMEX.

El costo de la deuda soberana sigue creciendo y esa la pagamos todos.

AMLO tiene poco aprecio por el Estado de Derecho, como se ve en las constantes disputas con los organismos autónomos que aún no desaparece; y sus intentos de violentar tanto los acuerdos internacionales de comercio como la Constitución en el mismo rubro. Basta leer el famoso decretazo al respecto.

Y la opacidad reina en la asignación de contratos para las obras emblemáticas.

La salud es uno de los sectores más golpeados por la 4T. El abrupto surgimiento del INSABI en sustitución del Seguro Popular dificultó el tránsito de los afiliados de un sistema a otro: mientras el SP contaba con 52 millones de afiliados, el INSABI sólo tiene 33 millones, 19 millones fueron abandonados… (CONEVAL 2021).

Del desabasto de medicamentos.., ya ni hablemos.

El espacio es limitado para enumerar todos los sectores en los que el gasto público ha disminuido, con excepción de las obras emblemáticas. Tal es el caso de la educación -1.3 por ciento-, siendo que con la pandemia la enseñanza se vio muy lastimada, También decreció el gasto en ciencia y tecnología y las universidades Benito Juárez no acaban de cuajar.

En otros sectores el gasto es confuso. Por ejemplo, en 2021 la SCT realineó sus prioridades para incorporar el programa “Caminos del Bienestar”, que sin duda son importantes pero no sabemos cuánto costarán ni cómo se afectará el presupuesto de los proyectos clave.

Ciertamente, los programas sociales ahora cuentan con más presupuesto, pero se trata de apoyos al consumo, no a la derrota de la pobreza; no cuentan con indicadores de éxito ni con la transparencia necesaria, pero generan clientelas electorales bastante sólidas…

Los datos duros aquí enumerados son oficiales y llevan a concluir que el país no avanza. Yo veo que lo único que crece es el encono social donde unos mexicanos ven a sus connacionales como ajenos, cuando no enemigos y esto es otra actitud ejercida y  provocada en la ciudadanía  por el presidente mismo,.

Ahora díganme, respetables seguidores de AMLO, ¿vale la pena que México siga por este camino?

Investigación: Upa Ruiz This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

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