De Guacamayas, zopilotes y cosas peores

OFICINA DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA DROGA Y EL DELITO:

"La delincuencia y la mala vida son la medida del frcaso de un Estado":  G. Wells

A través de una pesadísima minería de datos de los archivos de SEDENA realizado por diversos medios, nos estamos enterando de la mucha información de inteligencia con la que cuenta esta dependencia sobre el crimen organizado y sus miembros: mapas, organigramas, nombres, fotos, alias, direcciones, teléfonos, etc.

Vamos, incluso detectaron que para festejar el cumpleaños 53 del líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, “El Mencho”, su lugarteniente ordenó panqué de elote y playeras impresas con las fotos del festejado. ños 59,  ﷽cluso detectaron que para su cumpleaños efectuaron movimientos, llamadas telefinimiza todo aquello que lo afecta.

Sin embargo, el volumen de información contrasta con las consecuencias que de ella se derivan.

Me dejó perplejo el reportaje publicado en El País (octubre 4, 22) sobre la información de SEDENA, relativa a las andanzas de José Noriel Portillo Gil (a) “El chueco”. Este narco alcanzó fama nacional por presuntamente asesinar a dos jesuitas y un guía de turistas en Urique, Chihuahua, en junio pasado.

El chueco” estaba en el radar de los militares desde tres años antes, pues no es precisamente un narco de poca monta. SEDENA lo tenía identificado como líder de Gente Nueva, brazo armado del Cártel del Pacífico, lo cual lo hacía jefe regional para este último grupo delictivo. Portillo Gil ha acumulado una larga lista de delitos del orden federal y local, que van de trasiego de droga y secuestro, hasta cooptación de la policía local.

Dos administraciones estatales y municipales, así como las fuerzas militares, no parecen haber hecho el mayor esfuerzo por detener a “El chueco”, hasta que asesinó a los religiosos.

Otro caso: El Centro Regional de Fusión de Inteligencia (CERFI) a cargo del Sureste, detectó que un grupo de huachicoleros con operaciones en Veracruz cuenta con el apoyo de ¡la Guardia Nacional…! Por la módica cantidad de 200 mil pesos, sus pipas tienen vía libre.

Los CERFIs producen una cantidad monumental de información, misma que se envía al Centro Nacional de Fusión de Inteligencia (CENFI). Es frecuente ver en los reportes regionales referencias a los “blancos de atención”, es decir, delincuentes a los que se les sigue la pista de sus movimientos, llamadas telefónicas y mensajes.

Sin embargo, algo pasa al momento de que la información se traduzca de “blanco de atención” a “blanco de acción”. Así ocurrió el pasado mes de agosto, cuando se organizó un operativo para detener a “El RR” en una reunión de capos.  Para cuando llegaron los militares, El RR se había evaporado. A pesar de que se contaban co las coordenadas de otros de sus ranchos en la zona, nadie se dirigió a esos lugares.

¿Qué es lo que falla para que tanta información sobre los delincuentes se convierta en acciones para la contención del crimen organizado?

Como el general Luis Cresencio Sandoval, titular de la Defensa Nacional, no atiende preguntas y mucho menos da respuestas, aquí elaboro dos hipótesis.

Una posible explicación es que la información no se comparte con las autoridades correspondientes, ante el riesgo de que estén cooptadas por el CO. Me refiero a elementos de gobiernos y fiscalías estatales, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) y/o la FGR.

Es decir, dichos elementos podrían dar “pitazos” a las bandas como parte del compromiso de encubrimiento. Ya vimos que en los papeles de SEDENA se mencionan indicios directos e indirectos de corrupción de algunos gobernadores…

Otra posible explicación, no excluyente y algo ingenua, es que la SEDENA comparte algo de la información, pero al ser obtenida por métodos no precisamente legales -espionaje, infiltración, etc.-, no sirven en un juicio. Como si en México la ley se cumpliera al pie de la letra.

En fin, en esta hipóteis, la SSPC y/o la FGR tendrían que respaldar con pruebas admisibles lo que la información de inteligencia señala, a fin de que sea judicializable. Y ya sabemos que son lentos y limitados para esto de las investigaciones.

Con la intención de minimizar la importancia del hackeo de los archivos militares, el presidente ha dicho que “la Guacamaya se convirtió en zopilote”.

No lo creo. La revisión de los archivos apenas empieza.

Por la razón que sea, o la suma de todas ellas -billetazos, masacres, ineficiencias o falta de decisión-, la Guacamaya nos reitera que el crimen organizado nos tiene y nos seguirá teniendo apergollados.

 

Leopoldo Mendívil

Colaboró: Upa Ruiz This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

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