El huachicol nuestro de cada día

GRAL. LUIS RODRÍGUEZ BUCIO, SUBSECRETARIO DE SEGURIDAD PÚBLICA:

"El robo siempre está asociado a la idea de poder": Fernando Savater

Ahora que usted se estrena en el cargo y habida cuenta de su paso por la Guardia Nacional (GN), quiero llamar su atención sobre el huachicol.

Como usted recordará, en diciembre de 2018, el presidente Andrés Manuel López Obrador y el director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, anunciaron el lanzamiento del Plan de Atención a Instalaciones Estratégicas de Pemex, coloquialmente conocido “plan contra el huachicoleo”.

Que el combate al huachicol era indispensable ni duda cabe, pero siempre provocó suspicacias que lo hubiera hecho en la semana en la que la producción nacional de gasolina se encontraba en uno de sus niveles históricos más bajo, además de que no se hicieron las importaciones habituales de gasolina.

Como sea, la lucha contra el huachicol ha avanzado y justo es reconocerlo. Según cifras oficiales difundidas a través de diversos medios, de 2018 y hasta 2021, el huachicol se redujo de 81 mil barriles diarios hasta llegar a tres mil 600 barriles diarios en 2021.

Sin embargo, el crimen organizado no está manco y para 2022, la ordeña de ductos tuvo un repunte del 70 por ciento al llegar a seis mil 100 barriles diarios, totalizando un millón de barriles al año. Y en enero se puso peor: cinco mil 500 barriles diarios (Reforma, 18/01/23).O sea, existe una tendencia al alza

En términos económicos el problema sigue siendo grave. PEMEX informó de una pérdida de 14 mil 243 millones de pesos hasta el tercer trimestre de 2022, el doble de las pérdidas del año anterior y todavía falta de contabilizar en el cuarto trimestre. A ojo de buen cubero, las pérdidas rondarían en 19 mil millones de pesos en 2022, menos que el presupuesto para la conservación de carreteras.

A mi leal saber y entender, el incremento en el robo de combustible se explicaría también por otros factores. Empecemos con que el número de tomas clandestinas no ha disminuido; estamos hablando de alrededor de 44 mil “piquetes”. Mi hipótesis es que son muy limitados los recursos destinados a la vigilancia de los ductos.

Actualmente y según datos de PEMEX, son tres mil efectivos, entre militares y guardias nacionales, quienes vigilan 11 ductos prioritarios a lo largo de 11 estados. Para poner las cosas en proporción, son la mitad de los efectivos de los asignados al Metro de la CDMX y el espacio a supervisar no tiene comparación.

El segundo factor, diría yo, es la actitud del crimen organizado hacia la autoridad; o tal vez el botín es lo bastante rentable y el riesgo es bastante menor. Sin ir más lejos, el pasado 11 de enero trabajadores de PEMEX que arreglaban una fuga en Hidalgo fueron agredidos por ¡120 encapuchados! Aun cuando un grupo de militares llegó en su ayuda, el zafarrancho acabó con 16 empleados petroleros heridos y ningún detenido que se sepa hasta ahora.

Pero también está el tamaño del crimen organizado. Según reportes de SEDENA hackeados por Guacamaya Leaks, tan solo en Puebla hay 15 bandas dedicadas al huachicol; nos faltaría contabilizar las de Jalisco, Michoacán, Hidalgo (con mención honorífica), Edomex, Tamaulipas, y Veracruz. Estas bandas deben ser enormes, pues en lo que va de esta administración han sido detenidas y consignadas poco más de cuatro mil personas; no obstante, las bandas siguen operando. 

Un tercer factor es la connivencia con la población, pues los habitantes de los municipios por donde pasan los ductos suelen bloquear las inspecciones de PEMEX y de la GN.

Y, finalmente, está el factor de la corrupción. De una parte, hay gente que busca comprar gasolina “barata” para ahorrarse unos pesos.

De otra, la corrupción dentro de PEMEX. Sin condenar de antemano, el general Eduardo León Trauwitz, ex Subdirector de Salvaguardia Estratégica Pemex en la pasada administración, se encuentra en Canadá en lo que se resuelve su extradición, pues está acusado de facilitar el huachicol, junto con otros altos funcionarios. También está el caso de Sergio Carmona Angulo, empresario tamaulipeco acusado de controlar la venta de huachicol y quien se movía a sus anchas entre la clase política del estado fronterizo, hasta que fue ejecutado en noviembre de 2021.

Recientemente y según los archivos hackeados a SEDENA por Guacamaya Leaks, se detectaron vínculos entre miembros de la GN y dos bandas dedicadas al huachicol en Tabasco y Puebla, a las cuales “proporciona seguridad en el lugar de extracción y escolta los vehículos con el combustible robado”.

No tengo elementos para abundar sobre el papel de algunos trabajadores sindicalizados de PEMEX en el huachicoleo; a ver si usted puede averiguar algo y nos lo comparte.

En fin. La 4T ya dio la batalla inicial, cosa nada fácil.

Ojalá que no se duerma en sus laureles.

Leopoldo Mendívil

Colaboró: Upa Ruiz This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

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