La encuesta publicada ayer por El Financiero respecto de los aspirantes a la candidatura presidencial de Morena

tiene datos muy interesantes. Al preguntar: ¿Quién prefiere que sea el o la candidata de Morena para presidente de la República? Claudia Sheinbaum Pardo lleva la delantera, pero no por mucho. En septiembre obtuvo el 30%, en octubre el 27% y apenas subió un punto porcentual en este mes; en tanto que Marcelo Ebrard pasó de 26% en septiembre a 27% en octubre y bajó a 24% en noviembre.

Por su parte, Adán Augusto López obtuvo 7% en septiembre, 8% en octubre y de ahí saltó a 14% en el presente mes, el mayor aumento entre los aspirantes.

Por su parte, Ricardo Monreal Ávila tuvo 8% en septiembre y octubre, mientras que en noviembre registró el 9%, por lo que se ubica en el cuarto lugar.

¿Será que la discusión y aprobación de la reforma que amplía la actuación de las fuerzas armadas para atender la seguridad pública le dio el empujón al tabasqueño?

Lo que es un hecho, es que no se debe perder de vista que López Hernández tiene más posibilidades de ser el candidato presidencial que Ebrard Casaubón y –mucho más– que Monreal Ávila.

El evidente apoyo del presidente Andrés Manuel López Obrador para que su paisano y amigo cercano –cercanísimo dirían algunos– tenga ese crecimiento en la encuesta, debe ser considerado no solo como el plan B, sino como el A.

Hay muchos aspectos que se deben de considerar para ello y algo que no se puede perder de vista es que las cifras de encuestas internas de Morena demuestran el crecimiento de la inconformidad de la población de la Ciudad Capital contra el partido en el poder, sus alcaldes, la Jefa de Gobierno y el presidente de la República.

Ante ello, el jefe político del oficialismo consideró que era necesario impulsar al secretario de Gobernación para que –llegado el momento– encabece la alianza Morena-PT-PVEM.

Habrá que considerar que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México se ha mimetizado con el titular del Ejecutivo Federal, mientras que los demás apoyan el discurso presidencial, pero manteniendo su personalidad.

Lo anterior ha provocado que cada declaración beligerante de la mañanera encuentre eco en el Palacio del Ayuntamiento.

Como consecuencia, ha generado el rechazo de una gran parte de los habitantes de la Ciudad Capital, que ven como la mandataria capitalina, también polariza, en lugar de buscar consensos.

De hecho, hay quienes han reconocido que preferirían que regresara la gobernante que iba a limpiar la señalética de las estaciones del Metro y que hasta limpiaba en los tequios organizados en las alcaldías. Pero eso ya no sucede, porque está más interesada en viajar los fines de semana para promocionarse en los estados y con ello obtener el resultado deseado en las encuestas que determinarán quién será el candidato presidencial.

Cada uno de los aspirantes tiene su estrategia, pero llama la atención que ayer, mientras Sheibaum y Monreal aprovecharon las redes sociales para dejar testimonio de que estaban viendo el juego de la Selección Mexicana contra Polonia, Ebrard dejó un mensaje de apoyo al equipo nacional en redes sociales basado en la tecnología, y López Hernández –que si bien es cierto también deseó éxito a la selección a través de las redes– señaló que se encontraba en “la oficina revisando el borrador de la iniciativa de reforma a las leyes secundarias en materia electoral”. O sea, él no estaba distraído en el fútbol y estaba trabajando en un tema que es de gran importancia para su paisano y amigo.

¿Será que Adán Augusto confirme que caballo que alcanza, gana? Porque todavía falta mucho para tomar la decisión, ¡perdón!, para que el pueblo bueno determine quién será el reponsable de seguir con la cuarta transformación.

Javier García

@GarciaJJavier

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Periodista y analista político con 30 años de experiencia. Director y subdirector editorial de revistas y periódicos. Conductor de radio y televisión.