Hay quienes dan por hecho que Lorenzo Córdova, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE)

escondió la encuesta que en sus resultados respalda la iniciativa presidencial en materia electoral.

A estas alturas, cuando le quedan unas cuantas semanas por terminar su periodo de nueve años, con toda la experiencia y mayor dominio de la política, ¿va a esconder la encuesta y luego alguien la va a filtrar a medios, sin que se entere?

Si hubiera querido que nadie se enterara de la encuesta, por supuesto que así sería; no la iba a ocultar en un sitio o micrositio de la página de internet del instituto, simplemente la guarda en el cajón de su oficina o la echa al bote de basura, con el argumento, justificado o no, que carece de elementos científicos para darla por buena, porque su cobertura fue pequeña y la consulta a través del teléfono.

Por supuesto que la encuesta es válida, aunque se diga que nada más retrata el momento en que se realiza y que ahora, si se hace otra, es probable que arroje resultados diferentes, una vez que la sociedad tenga más información sobre lo que analizan diputados.

La encuesta llegó a medios por decisión de las autoridades del organismo electoral, no fue estrictamente filtración.

Al final, escondida o no, lo que gana Lorenzo Córdova es presentar otra prueba del trabajo imparcial del INE, que hace encuestas sin importar si los resultados favorecen o no a los intereses del consejero presidente.

Arturo Zárate Vite

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@zarateaz1

arturozarate.com