La protesta tenía fundamento, alumnos en contra del acoso sexual, el tema adquirió relevancia pues como pocas veces, las

 estudiantes de la UNAM se atrevieron a denunciar a los abusivos profes, cinco de ellos han quedado suspendidos. ¡Bien por las autoridades! Pero para que no quedara dudas de lo que los chavos piden, ayer decidieron manifestarse en contra de esa modalidad de violencia que crece y contamina muchas áreas, no sólo de las escuelas. Nuevamente la mano negra de encapuchados y otros muy visibles generaron todo tipo de destrozos, quemaron la Bandera Nacional, dañaron el mural de Siquerios. Saquearon bibliotecas, se lanzaron en contra de reporteros. Vandalismo puro, del acostumbrado en estos episodios en donde la raíz la encontramos en organizaciones que son operadas desde la falsa izquierda, la que hoy se vistió de Morena, pues a más de un político de ese partido deberían preguntarle cómo es que se cruzan los hilos del Che Guevara y el universo de actividades delictivas, como venta de droga o alcohol con el porrilismo que cobra del bolsillo de algunos hoy senadores de Regeneración Nacional.
Este tipo de reacciones no son gratuitas, la intención es siempre la misma, poner de rodillas a la Rectoría, llevarlos a la esquina del chantaje.
Graue se reelige y algunos damnificados del actual gobierno se quedaron con las ganas de apropiarse de CU, por ello las mafias recubiertas de grupos de choque hacen su aparición para recordarle a Ciudad Universitaria que ellos mandan, que el músculo de destrucción está patentado desde las cañerías de sectas políticas, que el campus es negocio de ellos y nadie más, que el dinero que deja, productivo de una larga lista de actividades criminales es y seguirá siendo manejado por los padrinos de esas hordas.
Lo hemos dicho hasta el cansancio, esta película es y será parte de la galería costumbrista, que nada cambiará y que el eterno secuestro de la UNAM por estas marabuntas continuará mientras no se vaya en serio, y sin matices de autonomía, en contra de esos pseudo estudiantes que se saben intocables, por que son protegidos desde las cúpulas de un movimiento de regeneración. Una cosa es cierta: la UNAM es mucho más grande y luminosa que estos orcos, es mucho más grande y el país necesita de ella, la UNAM es una de las comunidades mas brillantes de México, y el que un tifón humano pase por sus islas no significa que la gran casa azul y oro se convierta en vergüenza y derrota y eso, en serio, como les pesa a los sub normales que ven en la UNAM su botín personal. Los universitarios, los buenos, los académicos, los buenos, los administrativos, los buenos, son mucho más que esa jauría. Sólo que en algún punto esto debe parar, y no creo que sean los actuales políticos los que deseen apoyar a nuestra máxima casa de estudios, debe parar pues ya lo único que falta es que estas tribus realicen un sacrificio humano. En serio.