Francamente no sé cuántos periodistas somos en México, sería una buena tarea elaborar un padrón confiable separando a los que se "sienten" comunicadores de los que efectivamente han dejado piel y salud en esta profesión;

 como todo en la vida nos encontramos con enjambres de youtuberos o influencers, a los cuales les basta con un celular y soltar notas que van desde lo cómico hasta la ruptura de las más elementales reglas de la investigación y por ende de la información, rebuznan.

Menciono esto porque en los anaqueles de la comunicación nos encontramos con bombas de tiempo que no deseamos que exploten, tiene que ver con una serie de ataques de un poder que no quiere algo de equilibrios o contrapesos y que sencillamente eligió a la prensa como su enemigo a exterminar. De este lado de la trinchera existen personajes que durante muchos años se alimentaron de la ubre del poder, periodistas que recibieron mes tras mes sendos sobres con miles de pesos, corruptos que con pluma o micrófono mezclaron verdades convirtiéndose en propagandistas, muchos de estos se quejan hoy por que fueron reyezuelos, ahora ya no, pero está mención no solo busca montarse en una bicicleta y aventarse sin frenos en una pendiente de autodestrucción, sino un firme llamado a la revisión al mundo de los comunicadores tendría que ser, de cara a uno de los períodos de la historia mundial más críticos y en lo particular, en el caso mexicano debería servir como plancha de operaciones para generar una nueva piel en el orden de lo que se informa, lo que se dice, aquellas opiniones que en este momento deberían estar orientadas a la colocación de otro tipo de ladrillos sociales, que permitan elevar las gráficas del debate, es tarea de los medios hacer un esfuerzo por llevarnos a un terreno alto frente a los tsunamis de la manipulación y el engaño.
Sabemos que el presidente de la República se alimenta de los trucos, del maniqueísmo, que sus fortalezas se encuentran en un campo visual borroso, pero afuera de su aparato de propaganda hace creer a muchos mexicanos que se alimentan de esperanzas y promesas incumplibles de que todo lo que él afirma es luz divina, no porque los medios debamos ser herramientas golpistas ni mucho menos agentes de una militancia antiAMLO de nada sirve.
Comprobado está en la historia, empujar a que salga un gobierno malo para que llegue alguien peor o signifique el regreso a un estatus quo en el que las viejas prácticas de la comunicación vivieron empoderadas y felices.

Como dato curioso he notado, seguramente usted también que cada vez son más las mujeres periodistas, jóvenes, con experiencia, han elevado el puño de la profesión; se colocan de manera oxigenante en la línea del valor, de la honestidad periodística.
No es casualidad que muchas de ellas colegas, grandes amigas tienen mayor idea, rectitud intelectual y por supuesto, calidad moral para hacernos creer que el periodismo no está perdido. Si algo necesitamos en los medios de información es la plenitud del complemento de las féminas.

No es regaño es… Picotazo Político


Miguel Ángel López Farías
Historiador. Director y conductor del programa radiofónico 'Urbe de Hierro', transmitido por ABC Radio 760 AM.
Vicepresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT).
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