Tal parece que los astros comienzan a alinearse para la oposición, la trama correrá a cargo del "niño maravilla", Ricardo Anaya Cortés, que quien junto con Calderón figura como los "némesis" de López Obrador. Ricardo Anaya buscará la candidatura para el 24, tiene prácticamente dos años para montarse en la ola y erigirse como el barco que rescatará a México. Rechaza la diputación federal que le ofreció el PAN, y se concentrará en visitar mil municipios. 

Ricardo Anaya se apunta, como un personaje serio y qué de hacer las cosas correctas, es la pieza más sólida de una oposición (que hoy por hoy no tiene ningún tipo de rostro formal) para colocarse en los anaqueles de los consumidores electorales.

A Ricardo Anaya le viene una metralla de acusaciones y señalamientos, muchos de ellos con fundamento y otros como parte de los esperados ataques que habrán de lloverle. De entrada, la Fiscalía General de República ya lo tiene en la mira por el caso de los sobornos de Odebrech y todo el montaje de Emilio Lozoya. Tendremos que ver qué aprendió el ex candidato presidencial en este tiempo, qué tan gruesa es su piel pues estaría enfrentando a uno de los políticos más taimados y quien gusta burlarse de todos los que no opinen igual que él y posee armas muy poderosas como la Fiscalía General de la República y órganos de inteligencia financiera, muy útiles para el exterminio de los adversarios.

Sólo que las páginas del ayer, me refiero a el proceso electoral de hace tres años, no son iguales a las de ahora, Ricardo Anaya llega en un momento en el que el gobierno de la 4T se está desquebrajando, en donde se hacen "malabares "propagandísticos para seguir inflando la popularidad del mandatario y en donde la gran mayoría de los mexicanos se enfrentan a el abismo más grande de sus vidas, tanto por el desastre pandémico como por el económico. Anaya, de hacer lo correcto y saber resistir los obuses de Morena y su jefe de campaña podría erigirse en la verdadera opción para un país necesitado de un líder con sangre en las venas y con la firmeza necesario para cambiar el rumbo de este barco que ya besa los arrecifes.

Eso sí, Ricardo Anaya no puede ser la panacea, necesitará de la fuerza, primero, de su militancia, y segundo, del grueso de la sociedad que cansada de esta borrachera populista no ven la orilla de la playa. En cuanto a su partido, este deberá comenzar a mover sus piezas, comenzando por uno de sus mayores lastres, el dirigente Marko Cortés, una caricatura azul frente a aquellas figuras históricas que desde Acción Nacional levantaron verdaderos diques opositores cuando el PRI era incuestionable e inamovible . Ricardo Anaya está obligado a sujetar a su partido a una fuerte sacudida que lo saque de ese estado de medianía y con una dirigencia que es más bien un chiste. Ricardo Anaya está obligado a mirar a aquellas mujeres y hombres que en esta etapa de su lucha le podrían elevar el nivel de la lucha, una mucho más inteligente,

Queda ver, pues, de qué está hecho el aún joven Ricardo Anaya, de qué tamaño es su partido y qué tan valientes son sus gobernadores. Si logran amalgamar su proyecto en torno a sus verdaderos talentos se estarían alejando de la posibilidad de que López Obrador se los "desayune" en un bocado.

No es regaño, es Picotazo Político

Miguel Ángel López Farías
Historiador. Director y conductor del programa radiofónico 'Urbe de Hierro', transmitido por ABC Radio 760 AM de 4 a 5pm.
Presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT).
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