Es cierto, el Aeropuero Internacional de la Ciudad de México está saturado,  lleva años así y si no se han estrellado los aviones

es porque Dios es muy grande y los controladores de vuelo muy buenos. En este México de tragedias es verdaderamente extraño que no haya ocurrido algo grave, nadie desea que ocurra, pero traemos esa sensación de que “por un pelito” nos hemos salvado.

 

Ahora bien, ¿Usted sabe  por qué las aerolíneas se han resistido a mudarse al “Felipe Angeles”?  Si el diagnóstico y las advertencias rondan en la peligrosidad de las operaciones en el “Benito Juárez”, ¿Qué detiene a que se despresurice el de la Ciudad de México y se tome como salvavidas al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles?

¿Es porque el aeropuerto queda lejos y  las instalaciones aún no terminan de ser concluidas?

O ¿Realmente se trata de un asunto de fallas en la seguridad del nuevo aeropuerto?

 

Ya que una de las advertencias más recurrentes es que entre el AICM y el AIFA

existen muchos “puntos ciegos” para la coordinación de los vuelos, problemas para la operación simultánea.

Esto ya fue advertido por la Federación de Asociaciones de Pilotos de Líneas Aéreas, quienes señalan el riesgo potencial no solo de que dos aeronaves  colisionen entre sí, sino del posible  desplome a tierra, ya que varias veces han aterrizado aviones que llegan sin combustible, esto debido a que deben esperar en el aire lugar para aterrizar.

 

El detalle es que se duplicó la agenda entre el AIFA y el AICM. Por tal motivo, la asociación de pilotos advierte que los controladores aéreos no han recibido la capacitación adecuada para manejar dos aeropuertos muy próximos, por lo que se han documentado 17 casos de riesgos de impacto al descender, no por culpa de los pilotos sino de quienes van administrando aterrizajes y despegues. Pero regresemos al punto, para el gobierno de la 4T es urgente que las aerolíneas se muden al AIFA,  y la presidencia está aplicando presión política desde la oficina de la Secretaria de Gobernación. Por lo que, le hicieron “manita de puerco” a las compañías aéreas y estas cedieron, los primeros en agarrar “sus chivas” y ocupar el elefante blanco de Santa Lucía serán las líneas de carga y los vuelos charters. Poco después llegarán las demás hasta completar 100 operaciones diarias.

 

El gobierno sabe que solo por medio de la presión y amenazas logrará que tomen en serio a su aeropuerto “mi alegría”. Y es aquí en donde debo insistir en la pregunta: ¿Qué están advirtiendo los especialistas aeronáuticos, los pilotos,  los controladores de vuelos, las asociaciones expertas en seguridad aeroportuarias que simplemente se han resistido a NO hacer “suyo” el AIFA? Seamos honestos, los políticos (más de la 4T) terminarán protegiéndose entre sí, en caso de una tragedia aérea, cómo ocurrió con la línea 12 del metro, nadie de los que hoy presionan por “vender” el AIFA como la obra del sexenio, va a terminar en prisión si los pronósticos se cumplen.

 

¿Será por ello que las aerolíneas se resisten? ¿Estarán viendo el desenlace y se resisten a ser parte de un final terrible?

 

No es regaño, es Picotazo Político

                 

Miguel Ángel López Farías                  

 

Historiador. Director y conductor del programa radiofónico 'Urbe de Hierro', transmitido por ABC Radio 760 AM de 4 a 5pm.                  

 

Presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT).                

 

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