Desde el 2018 llevamos sumergidos en un subnivel cargado de ruido, bullicio que se propicia ante la ausencia de una cultura de reflexión y el

debate. No es que los mexicanos estemos mal, es que nos han educado sobre las reglas del silencio y del escaso cuestionamiento. No es extraño lo que vivimos, lleva años deformándose como parte del ser nacional, solo que en este sexenio la estridencia aumenta porque en el poder se posicionó el mayor estridente de nuestros tiempos. La división social siempre ha existido, solo que ahora es explotada por un especialista y peor, un oportunista electoral.

De alguna manera los mexicanos sabemos que esto no es bueno, solo qué hay quienes “viven” estas conclusiones de manera más clara, los que se informan y cuestionan, los que abren libros y no se quedan con la lectura superficial de las redes, esos son la clase pensante y que de alguna manera tienen en claro el peligro potencial de seguir por esta ruta, pero son los menos, los más, se refugian en la antigua doctrina de la aceptación y conformismo, un sencillo: “así nos tocó vivir”.

México, como conjunto está destinado a repetir los mismos caminos retorcidos, porque sus raíces están así; las educativas, las formativas, las que aplicaría al pez que no sabe qué hay más vida más allá del agua.

López obrador es el mejor antropólogo de la política, como López de Santana, Echeverría o López Portillo, mentalistas de realidades ficticias; lo que le gusta a la gente, a ese pueblo atado al sueño tlatoanico, en donde solo un hombre, poderosamente milagroso habrá de cambiar la vida de los que no ven más allá de que ese cambio es posible solo desde el cambio individual. Suena como programa de auto ayuda, pero el solo análisis de este SER NACIONAL, que nos lleva a un escenario nada alentador, más bien uno que nos vuelve a “colgar de la pared” en donde siempre hemos permanecido pegados.

Ahora bien, ya que va a ser muy complicado cambiar “el chip” mental de un sexenio para el otro considero que TODAS Y TODOS los Mexicanos debemos plantearnos una sola pregunta: ¿Qué tipo de liderazgo necesitamos para que la transformación y la ruptura de paradigmas se den? México supura frustración como producto de las malas notas, sea violencia, economía, sea lo que sea…en la zona de decisiones (López Obrador) no se tiene claro que quiere, o peor, que puede hacer en lo que le resta de gobierno. El dinero que hoy reparte como maíz a las gallinas en algún momento se acabará, así sucedió con López Portillo y vino después una de las peores crisis económicas. Luego entonces, ante lo que viene, cuestionémonos: ¿Quién para enderezar la nave? ¿Quién con la capacidad de conciliar? ¿Quién como para bordar un pacto nacional que postule el estado de derecho y la justicia social en el más amplio y profundo sentido?

El “griterío”, las “cortinas de humo”, la sinrazón política y una agenda infestada de ocurrencias nos tiene secuestrados, cegados y asustados. Pero el atrevernos a mirar de frente el futuro y hacer algo para cambiar el desplome nos tiene que despertar. Pues de no hacer lo que nos toca, un grueso de los mexicanos se convertiría en un peligro para México en el 2024.
Ya ha pasado.

No es regaño, es Picotazo Político

 

Miguel Ángel López Farías
Historiador. Director y conductor del programa radiofónico 'Urbe de Hierro', transmitido por ABC Radio 760 AM de 4 a 5pm.
Presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT).
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