SE COMENTA SOLO CON... 
No sólo la desorganización e improvisación ha dominado la decisión de formar
una Guardia Nacional. En términos más drásticos diría la inexperiencia y la soberbia para descartar las experiencias de quienes sí conocen del tema de seguridad. No es secreto que junio es ya, bajo registro, el mes más violento en la historia. Y no hay que echarle la culpa a otros del pasado. Hoy es gravísimo que lejos que el propio gobierno califique de “fifis” a los miembros de la Policia Federal, hoy sus elementos estén en paro y es por las condiciones laborales inaceptables, esas mismas que han aplicado a poco más de 120 mil burócratas que han sido despedidos de diferentes instituciones. Sabemos que nuestros policías sobreviven a situaciones indignas en sus alimentos, uniformes, transporte e incluso baños. Es denigrante la ausencia de apoyos pero la acusación más fácil es señalarlos de participar en la corrupción. Sin embargo, y a pesar del apoyo unánime de los legisladores, la Guardia Nacional queda en confusión de quién depende el mando (civil o militar). He he referido que la estrategia, la mística y la ideología, son diametralmente opuestos entre los dirigentes civiles y el mundo castrense. Incluso la misión también es distinta. Y mientras todo esto ocurre, incluyendo las especulaciones de Alfonso Durazo al dejar entrelíneas que el expresidente Calderón interviene en la desestabilización, la Guardia Nacional hace hoy trabajos de policía migratoria luego de las presiones impuestas por el sr trump al gobierno mexicano. Durazo está obligado a probar públicamente sus inferencias o reconocer que abuso de sus percepciones políticas. Podría concluir que entre tanta torpeza crecen dos cosas: el número de muertos y las carcajadas de los delincuentes.